La exclusión de la candidatura presidencial de Julio Guzmán por parte del Jurado Nacional de Elecciones le ha dado algo de oxígeno a la campaña de Pedro Pablo Kuczynski, que venía muy debilitada en las últimas semanas.
Según Datum, con el escenario sin Guzmán y Acuña, PPK sube al 14% de intención de voto, pero le siguen al alza y muy de cerca Alfredo Barnechea y Verónika Mendoza con 9% y 8%, respectivamente. Lo cierto es que Kuczynski ha venido cayendo mientras que sus contrincantes van ganando simpatías. ¿Podrá capitalizar la desgracia ajena PPK o terminará siendo desplazado por sus adversarios de izquierda?
Viendo cómo ha llevado su campaña hasta el momento, los partidarios de Peruanos por el Kambio serían ingenuos si creyeran que llevan las de ganar. Entre bodas ficticias de ‘ppkuyes’ y ‘ppkuyas’ (realmente, ¿quién pudo pensar que esa era una buena idea?), líos y egos internos, estrategas de campaña despedidos y resentidos e inexplicables y ‘espontáneas’ bajadas de pantalón a su líder, cuesta creer que súbitamente los asesores de PPK han encontrado la fórmula para convencer a los electores de que su candidato es la mejor de las opciones entre los presidenciables.
Y si bien en estas últimas semanas se notan ciertas mejoras en la estrategia de Kuczynski (al menos en redes sociales), a la fecha no queda claro cuál es el perfil que quieren ‘vender’ del candidato ni el mensaje central que motiva sus aspiraciones presidenciales.
La imagen sobre la que se construyó la candidatura de PPK en el 2011 proyectaba a un técnico serio, competente y honesto. En esta contienda –que Kuczynski decidió correr prematuramente, desgastándose– no es fácil identificar esas cualidades. Por el contrario, suele abusar (sin éxito) de su particular sentido del humor y no manda un mensaje claro sobre qué lo distingue en esta oportunidad.
PPK y su equipo tendrán que mostrar reflejos, y rápido, para revertir esta situación. Deben contrarrestar la percepción de que Kuczynski ya no tiene posibilidades de ganar la elección, de que ha pasado de protagonista de la misma a personaje secundario. Deben convencer a sus simpatizantes (fieles algunos, otros volviendo renuentemente a casa luego de la salida de Guzmán) de que no están desperdiciando su voto. Y en el camino deben marcar un claro contraste entre su candidato y Keiko Fujimori, lo que resulta particularmente importante en unos comicios que van decantándose entre el fujimorismo y sus ‘antis’.
Mantener su actual intención de voto, lo que de por sí será todo un reto, probablemente no sea suficiente para que pase a segunda vuelta. PPK tiene que crecer por algún lado: o bien en el sur que le arrebató Guzmán y ahora coquetea con Barnechea, o en los sectores AB y limeños que también se disputa con el candidato de Acción Popular o en los sectores jóvenes que lo respaldaron en el 2011. El cómo es difícil de descifrar, pero si no pasa a la ofensiva, pasará más bien al olvido.
PPK tiene a su favor el hecho de que Barnechea y Mendoza compiten entre sí. Mientras uno no se despegue del otro, se dividirán votantes y les será más difícil superarlo. Cuenta, además, con mejores operadores políticos y equipo técnico que sus inmediatos perseguidores y con un plan de gobierno sensato. Kuczynski sigue siendo el mismo técnico competente sin cuestionamientos serios que era el 2011. La pregunta es si eso será suficiente para relanzar su candidatura o si lo ‘nuevo’ lo superará (otra vez) en las próximas semanas.
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Fiscal Germán Juárez amplía por 40 días investigación a @NadineHeredia ►https://t.co/rGhCjaVmNF pic.twitter.com/f7hppdIu33— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 12 de marzo de 2016