Ante una orden de prisión preventiva y otra de captura internacional, Jaime Yoshiyama decidió dar una nueva versión. Desde Florida (Estados Unidos), el integrante de la plancha presidencial de Keiko Fujimori del 2011 oficializó la coartada que hasta el domingo pasado era un rumor: un empresario le entregó el dinero que luego, a través de su sobrino y otras personas, ‘pitufeó’ y se depositó en cuentas de Fuerza Popular.
Con esta nueva estrategia de defensa, la interrogante es hasta qué punto esa versión de Yoshiyama puede afectar la hipótesis de lavado de activos que maneja la fiscalía. Tres penalistas consideran que todo depende de las pruebas que sustenten lo dicho, pues sus contradicciones podrían jugarle en contra.
—Los dichos—En la entrevista al programa “Cuarto poder” del domingo pasado, Yoshiyama afirmó que el empresario Juan Rassmuss Echecopar le entregó –en efectivo, aunque sin precisar el monto– un aporte para la campaña de Keiko Fujimori del 2011. La única condición, según dijo Yoshiyama, fue que el trato quedara como un secreto entre ambos. Siete años después, implicado en un proceso penal y con Rassmuss ya fallecido, Yoshiyama “rompió” dicho trato.
“Me busca el señor Juan Rassmuss Echecopar, que es uno de los hombres más ricos del continente. Me sorprendió que me llamase, y me dijo que quería ayudar a la campaña en defensa del modelo económico”, dijo Yoshiyama a “Cuarto poder”.
Cuestionado sobre si tenía elementos que corroboraran su dicho, añadió: “Habrá que hacer memoria, revisar papeles, mis papeles, mis apuntes. Porque es algo que he manejado directamente con el señor Rassmuss con la promesa de que no iba a contarle a nadie”.
La versión de Yoshiyama se contradice con lo que declaró ante la fiscalía el 4 de enero pasado. En ese testimonio, aseguró que nunca vio el manejo de dinero en la campaña, sino que la tesorera se encargaba de todos los ingresos y egresos del partido. Confrontado por esto, Yoshiyama aludió que guardó el secreto por el compromiso con Rassmuss.
Las contradicciones también se dieron después de la entrevista, en Lima. El último lunes, su abogado Humberto Abanto dijo que su patrocinado no tendría documentos que sustenten el aporte de Rassmuss. “Él ha llevado un registro mental de las entregas […] porque, hasta el momento, él, que es una persona ordenada, que lleva nota de las cosas, no lo tiene a la mano. Lo más probable es que no haya guardado un registro de estas entregas”, dijo a El Comercio.
En otra entrevista, esta vez en Canal N, Abanto cambió de versión. Señaló que presentarían movimientos migratorios y llamadas telefónicas que demostrarían la coordinación entre Yoshiyama y Rassmuss para la entrega del dinero. “Hay comunicaciones telefónicas, viajes al Perú y colaboradores que sabían de los montos que se entregaban […]. No vamos a contar con la versión de sus familiares porque no quieren aproximarse a una situación tan complicada”, comentó Abanto.
—Sustento probatorio—Los penalistas consultados indicaron que hasta no ser ingresado formalmente al proceso, el testimonio de Yoshiyama carece de valor para el caso.
Además, el testimonio de Yoshiyama no es suficiente para debilitar la hipótesis de lavado de activos que maneja el fiscal José Domingo Pérez en su investigación.
“En una forma dicen: ‘Vamos a aceptar que lo que hicimos fue mentir en los aportes’, lo que podría ser hasta delito contra la fe pública, pero no es lavado. Quieren señalar que el origen del dinero es lícito, y si es lícito, no es lavado de activos”, explica el penalista Vladimir Padilla.
Para Padilla, Yoshiyama debe demostrar la fecha y de dónde provino el dinero. “Si eres multimillonario, no tienes esas cantidades de dinero debajo de la cama. Ese dinero tiene que haber venido de una operación que dejó un registro. El registro mental, desde el punto de vista legal, se va a tomar como argumento de defensa, pero no acreditado”, agregó el penalista.
El abogado Rafael Chanjan añadió que, si se llegan a entregar otros documentos, será un elemento a valorar, pero dentro de los otros que incriminan a Yoshiyama. “Hay que tomar en cuenta que Yoshiyama antes había negado su participación en la entrega de aportes; ahora está cambiando de versión y dice que sí participó. Eso es un factor que se tiene que tomar en cuenta para restarle verosimilitud a su declaración. Existen razones para que él pudiese dar una versión no veraz, pues al tratarse de un empresario fallecido, no existe una posibilidad de corroborar la entrega”, sostuvo el investigador del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la PUCP.
—Los alcances—Para el penalista Luis Lamas Puccio, existe un claro intento de fraccionar las imputaciones con hechos que no se pueden sustentar con pruebas. Según indicó, el testimonio –de formalizarse– se añadirá al expediente y después entrará a valoración en el juicio oral.
“Esto no afecta porque el proceso continúa su curso. Tendrá que ser demostrado en juicio oral, porque ahí se van a valorar los hechos, un juicio de valor sobre si es creíble o no. Se contrastará con todos los elementos de convicción recopilados por la fiscalía”, señaló.
Sin embargo, Chanjan advirtió que podrían incorporar el argumento de Rassmuss en el proceso penal para utilizarlo en las apelaciones que han presentado –Keiko Fujimori, Jaime Yoshiyama y otros– contra las órdenes de prisión preventiva.
“Mencionar a una persona ya fallecida puede ser utilizado para intentar evitar la responsabilidad, para tratar de camuflar aportes que presuntamente son ilícitos. No se puede corroborar el aporte y me parece que podría ser utilizado como argumento de exculpación”, dijo Chanjan.
Del otro lado, se espera más información que Odebrecht pueda aportar, por el acuerdo de colaboración que debe firmar la próxima semana con la fiscalía.