Desde Ámsterdam, un hombre judío pedía a un amigo que lo acoja en Estados Unidos y así escapar de la Segunda Guerra Mundial. Deseaba salvar la vida de su familia ya sea allí, en Gran Bretaña o Cuba. Dónde sea. Pero el mundo entero era indiferente a los refugiados judíos en aquella época, como está pasando ahora con los refugiados sirios, cuenta Pictoline en Facebook.El paralelismo resumido en un cartel es una reflexión del periodista Nicholas Kristof: el padre de Ana Frank, Otto, que antes de morir pidió asilo en Estados Unidos. También padecieron condiciones inhumanas para sobrevivir. Y el mundo los sentenció a una muerte a manos nazi. Tal cual la misma realidad de las familias de en zonas de guerra como Siria.
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Así como para los sirios en Estados Unidos o Europa, para la familia Frank llevar una vida en el país norteamericano era factible: ella sabía taquigrafía en inglés; y Otto vivió en Manhatttan además de tener una amistad con un funcionario del gobierno de Franklin Roosevelt. Pero el gran impedimento fue la sociedad.Tras la Noche de los Cristales rotos [ataque a de las tropas de asalto de la Alemania Nazi contra la sociedad judía en 1938], una encuesta demostró que el 94% de estadounidenses desaprobó el hecho; pero el 72% seguía negándose a ofrecer refugio a un gran número de judíos con excusas como: primero hay que cuidar a los locales, no se puede aceptar a todo el mundo, van a quitarnos el trabajo, son peligrosos, son diferentes.En las décadas de 1930 y 1940, los judíos eran vistos como posibles comunistas, o hasta nazis. Existía el temor de que Alemania infiltre a espías entre los refugiados judíos dentro de Estados Unidos. Los medios de comunicación tampoco hicieron 'gran cosa' para humanizar a los judíos hasta el punto que incluso apoyaron la xenofobia.Lamentablemente, concluye Kristof, la historia de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, ejemplificada con la biografía de Ana Frank, es idéntica a lo que en la actualidad siguen viviendo los afectados por las guerras en Siria que buscan salvar sus vidas. “Hoy, para nuestra vergüenza, Ana Frank es una niña siria”.Más de Facebook en...