Cuando los animales atacan... y te salvan de otros animales. La bióloga marina Nan Hauser dedicó gran parte de su vida a estudiar a las ballenas jorobadas pero, por primera vez en todo el tiempo que pasó explorando los océanos, experimentó la sensación de ser rescatada de las fauces de un tiburón precisamente por uno de estos cetáceos. Esta es su impresionante historia, que no tardó en volverse viral en YouTube y otras redes sociales.
En octubre del 2018, Hauser buceaba cerca de las islas Cook, en el Pacífico Sur, con un equipo de filmación que quería grabarla en el agua junto a unas ballenas jorobadas, sin imaginarse la insólita escena que estaba a punto de protagonizar con una de ellas.
De una manera inusualmente persistente, la ballena nadó hacia ella y comenzó a empujarla con su boca y quijada, como si estuviera intentando de ocultar debajo de su aleta pectoral. “No dejaba de tocarme”, contó Hauser al portal animalista The Dodo.
“Traté de alejarme una y otra vez, pero no me dejaba. Eventualmente, me sacó del agua con su aleta. Seguía poniendo su ojo junto a mí y no podía descifrar qué era lo que intentaba decirme”, narró la bióloga marina.
Su interacción con el cetáceo duró unos 10 minutos y, con la adrenalina fluyendo a mil en su cuerpo, Nan Hauser comenzó a pensar lo peor. “Creí que el equipo de filmación iba a terminar grabando mi muerte. Uno solo de sus ‘coletazos’ y la presión rompería mis huesos”, añadió.
Pero resultó que la ballena no pretendía hacerle daño sino protegerla de un tiburón tigre que merodeaba por el lugar, haciendo todo lo que estaba a su alcance para mantenerla alejada del depredador como pedir ayuda a otro cetáceo de su misma especie.
Y no se equivocaba ya que otra ballena jorobada vigilaba la escena a la distancia, golpeando repetidas veces el agua con su aleta caudal para emitir un sonido que podía oírse en el fondo marino a varios kilómetros para advertirle al tiburón que no era el único allí.
“Finalmente pude desviar mi atención de la ballena y vi algo que nadaba muy rápido cerca de nosotros mientras movía su aleta caudal de un lado a otro”, precisó Hauser, entendiendo que se trataba de una estrategia para disuadir al depredador que los perseguía.
“Las ballenas nadan moviendo sus colas de arriba abajo y fue cuando me percaté que se trataba de un tiburón tigre, uno de los más grandes que había visto en mi vida”, manifestó la bióloga marina, que para ese momento ya se encontraba a unos metros de su bote.
Cuando el momento fue el indicado, Hauser saltó nuevamente a bordo de la embarcación y la ballena permaneció muy cerca para asegurarse de que se encuentra a salvo. “Solo atiné a llevarme las manos al rostro y comencé a llorar”, relató.
“No puedo decir si fueron lágrimas de alivio de que haya sobrevivido o porque simplemente experimenté la cosa más increíble que haya visto en mi vida”, contó Hauser, al tiempo que comentó que las ballenas jorobadas son conocidas por su altruismo.
Existen varios casos documentados de estos cetáceos ayudando a otros animales del peligro pero a la fecha, el encuentro de Hauser es el único que involucra a un ser humano. “Es una increíble cualidad la que tienen de arriesgarse para ayudar a alguien más”, indicó.
Poco después de su asombrosa experiencia, Hauser no podía sino sentirse más que inspirada para continuar su importante trabajo y educar a la gente sobre los problemas que enfrentan no solo las ballenas sino el resto de criaturas marinas que habitan los océanos.
Mira el impresionante video del encuentro difundido en YouTube.
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