La industria legal en el mundo está constantemente experimentando transformaciones significativas, impulsada principalmente por la digitalización y la creciente necesidad de servicios especializados en las distintas áreas, y Perú no es la excepción.
Existe un crecimiento también en la demanda de servicios legales que promueven la transparencia y la adaptabilidad legal frente a las cambiantes regulaciones nacionales e internacionales.
Cabe mencionar, que el mercado tradicional de los servicios legales en el Perú tenía dos proveedores claramente diferenciados, los estudios de abogados (que incluyen a los profesionales independientes) y las notarías.
En la actualidad, esta clasificación se extendió porque la oferta proviene de firmas de abogados; notarías; proveedores alternativos de servicios legales (ALSP); marketplace jurídicos; empresas de legaltech, entre otras.
“El mercado legal viene creciendo año a año, esto en gran medida a la expansión de las operaciones de diversas empresas y a la necesidad de adaptación a nuevas leyes y regulaciones. Asimismo, podemos observar este dinamismo en la creciente solicitud de servicios por parte de nuestros actuales clientes, así como el aumento de estos mismos durante los cinco años que tenemos desde nuestra fundación. Esto es un claro ejemplo de que el mercado de servicios legales seguirá creciendo con números positivos para la industria”, expresó Germán Lora, socio de Damma Legal Advisors .
La importancia de los servicios legales en el país también se vio fortalecida por el aumento en la digitalización de procesos y la implementación de nuevas tecnologías, que han permitido a los abogados ofrecer servicios más eficientes y accesibles.
Estos avances no solo mejoran la calidad de los servicios proporcionados, sino que vienen facilitando un mayor acceso a la justicia para todos los peruanos.
Walther Belaúnde, socio de la firma, señaló que “la mayor globalización puso en relieve la necesidad de contar con asesoramiento legal sólido y actualizado, especialmente en temas de cumplimiento normativo y gestión de riesgos. En este sentido, se tiene que responder con agilidad y eficacia, demostrando la capacidad para la adaptación a los cambios, pero al mismo tiempo manteniendo la estabilidad y la confianza de las empresas e inversionistas”.