Rodolfo Hernández en la segunda vuelta: quién es su esposa y cuál es su influencia en la campaña del ‘outsider’

Sin duda alguna, dentro de las sorpresas que trajo consigo la primera vuelta de las Elecciones presidenciales 2022, es Rodolfo Hernández. Catalogado como el outsider de estos primeros comicios, logró junto a Gustavo Petro en lo que serán las votaciones que definirán al próximo mandatario de Colombia. Sin embargo, existe una parte poco o nada explorada del candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción: su esposa, Socorro Oliveros de Hernández. ¿Quién es y cuál es su influencia en la campaña de su esposo? Aquí los detalles.

En principio, ya ha declarado que, si Hernández llega a la presidencia de Colombia, ella será una primera dama atípica. De hecho, Semana ha destacado cómo fue su participación durante el gobierno de su esposo en la alcaldía de Bucaramanga, en Santander. Pocas veces vista en el recinto edil aquel entonces, ha preferido las botas, casco y gafas protectoras que le tocan vestir mientras maneja los negocios familiares.

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“Ella ahorra todo, tiene un sentido de la racionalización del gasto. Yo soy más suelto. Si un hombrecito me está vendiendo un lote de hierro en un almacén, yo pido rebaja, pero ella es la que lleva la plata y le dice: ‘Aquí tengo la plata, pero te doy tanto’. Es terrible para el que vende, pero es muy bueno para la empresa”, destaca el candidato a la Casa de Nariño.

De hecho, dentro de los compromisos que ha tomado Hernández a lo largo de su campaña ha sido que la pareja presidencial no se instalará en el recinto presidencial, sino que este será convertido en un museo de arte contemporáneo, arte moderno y una sala de arte itinerante de categoría internacional. Además, no planean utilizar un avión grande para trasladarse, pues consideran que en él “se monta mucho lagarto”, precisa el medio citado.

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LA FAMILIA HERNÁNDEZ OLIVEROS

Están juntos hace más de 50 años, desde que se conocieron durante un paseo al río. Una vez supieron que eran el uno para el otro, decidieron sellar su amor el 6 de abril de 1976. Más adelante, con ansias de formar una familia tradicional, lo siguiente fue encaminarse a un orfanato para adoptar a Juliana y Mauricio. Años después Socorro quedaría embarazada, propiciando la llegada de Luis Carlos y Rodolfo José.

Sin embargo, no todo fue felicidad para los Hernández Oliveros, pues en 2004, su única hija fue secuestrada en una finca de Ocaña. Según relatos de la época, se llevaron a Juliana y a una de sus compañeras. A su amiga la liberaron al poco tiempo, pero por ella pidieron un rescate que su familia no podía pagar. Se cree que la mataron, pero sin nada cierto debido a que nunca se encontró su cuerpo.

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Entre idas y venidas, la pareja ha sabido separar la responsabilidad que significa gobernar una jurisdicción, desde una provincia hasta el país. “Yo llamaba a mis hijos y les decía: ‘Miren la locura en que está su papá'”, decía ella por el 2005 cuando Hernández postuló a la alcaldía de Bucaramanga. Más tarde, Socorro encontraría una carta que respondía a la duda de por qué su esposo decidió incursionar en la política, un ámbito que ella consideraba hasta un deshonor. Leyó el escrito y desde entonces se convirtió en una obrera más de esa campaña, hasta ahora.