Conducir un auto requiere de una gran responsabilidad. No solo por el cumplimiento de las normas de tránsito, sino también por el cuidado que debemos darle a nuestro vehículo para así evitar posibles daños.
A pesar de las advertencias de los especialistas y representantes de las marcas, el principal motivo por el que un motor suele empezar a fallar es la falta de mantenimiento. Los conductores recién se preocupan por el cuidado del auto una vez que este empieza a tener problemas.
Frente a este problema, conversamos con Gustavo Espinoza, gerente de posventa de IncaPower, quien nos brinda ocho maneras de proteger el motor de nuestro vehículo y evitar daños irreparables.
1. Cambia el aceite. Este fluido es necesario para mantener lubricadas las distintas partes del motor y evitar que se sobrecaliente. A pesar que los plazos para el cambio suelen variar según el fabricante, Espinoza recomienda realizarlo cada 6 meses o 5.000 km de recorrido.
2. Reemplaza el filtro de aceite. Esto debe realizarse a la par del cambio de aceite. El filtro es vital porque evita que ingresen partículas entrañas al motor del auto, conservándolo en óptimo estado.
3. Revisa el sistema de refrigeración. El elemento principal es el refrigerante, ya que su función es la de absorber el calor del motor para así evitar recalentamientos. Pero a la vez se encarga de evitar que las piezas se congelen frente a temperaturas muy bajas. Su cambio debe realizarse, como mínimo, una vez al año.
4. Cambia el filtro de aire. Este elemento evita que algunos desperdicios o elementos indeseados ingresen al motor. Sin embargo, el filtro de aire suele obstruirse, por lo que debe cambiarse en promedio cada 20 mil km.
5. Reemplaza el filtro de combustible. Este cambio no solo beneficia al motor del auto, sino también a tu economía. Recuerda acudir a un especialista para que realice el trabajo y tu vehículo funcione correctamente.
6. Atención a los derrames. Revisa la parte posterior de tu auto cada cierto tiempo. Así podrás identificar si existe algún tipo de fuga de aceite u otro líquido. Esto suele ocurrir por la rotura de alguna manguera o sellos.
7. Presta atención al tanque de combustible. El sedimento de la gasolina suele posarse en el fondo del tanque de combustible. Por ello, si conduces hasta gastar la reserva de la gasolina, esas partículas podrían filtrarse al motor y dañarlo.
8. Acelera y frena con cuidado. El tráfico puede convertirse en el peor enemigo de tu motor, ya que las constantes aceleraciones y frenados bruscos pueden dañarlo de manera seria. Mantén una velocidad y RPM (revoluciones por minuto) en nivel constante.
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