¿Qué hace que un joven fanático del fútbol –menor de 25 años -- se llame a sí mismo ‘Bilardista’? Con esa edad muy probablemente nunca vio a Carlos Bilardo entrenar a un equipo de fútbol (el DT argentino se retiró en 2004). Menos aún lo vio jugar (colgó los chimpunes en 1970). Con personajes como este, muy probablemente el fanatismo, la admiración o la idolatría se traslada de generación en generación tal como ocurre con los equipos de fútbol: casi automáticamente. Porque muchos de nosotros nunca vimos jugar a Lolo, Cueto o Uribe, pero igual nos ponemos la camiseta de Universitario, Alianza o Cristal cuando juega nuestro equipo.
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La primera gran conclusión de ver una serie documental como “Bilardo: el doctor del fútbol” es precisamente esa: lo irracional o simbólico, el folklore, o como queramos llamarle, siempre estará por encima de cualquier lógica. Solo así podríamos explicar que –sin saber si quiera cómo el ‘Narigón’ planteaba sus formaciones sobre la cancha—a muchos de nosotros nos resulta particularmente tentativo imaginar cómo se puede hincar a un rival con un alfiler sin ser expulsado. O cómo es posible alistar un bidón con agua turbia para entregárselo al contrincante y hacerlo perderse parte del partido.
Estas leyendas atribuidas a Carlos Salvador Bilardo, por supuesto, tienen espacio en una serie documental absolutamente rigurosa en lo investigativo y emotiva en lo argumental, como esta que acaba de estrenar HBO Max para toda Latinoamérica. Se trata de una producción de cuatro episodios de alrededor de una hora en la que se repasan los aspectos más saltantes de la carrera futbolística (como jugador menos, como DT más) de un personaje que no se quedó en ser un mero representante del folklore futbolístico de hace 50 años, sino que supo hacerse un nombre con títulos: un campeonato mundial (México 1986) y un subcampeonato mundial (Italia 1990).
“Bilardo: el doctor del fútbol” está planteado fundamentalmente desde la visión de sus seres queridos. Su hija y su esposa son los pilares de un relato audiovisual que se plantea una idea simple y cumple su cometido: exponer a un hombre que (casi) dejó todo por seguir sus pasiones. Primero la medicina y segundo el fútbol, o viceversa, según el cristal con el que se le mire. Y aunque solo el último episodio se titula “Me olvidé de vivir”, lo cierto es que durante la totalidad de esta propuesta dirigida por Ariel Rotter sentimos que el ‘Narigón’, efectivamente, se olvidó de vivir. Esto queda claro en las varias ocasiones que su hija cuenta cómo le reclamaba a su padre por el “poco tiempo” que tenía para ella.
En “El hombre más odiado”, el primero de los capítulos de esta serie, veremos la suprema resistencia que Bilardo tuvo incluso días antes de disputar su primer mundial con Argentina. Finalizada la era Menotti –la antítesis del ‘Narigón’—la Asociación de Fútbol Argentino contrató a un entrenador con un pasado particular: aunque había ganado todo como futbolista de Estudiantes, jamás celebró vistiendo camisetas de los llamados ‘grandes’ (Boca Juniors y River Plate). Este pequeño detalle, sumado a la coexistencia de factores como una hinchada supremamente exigente y un periodismo hambriento de polémicas, hicieron el camino de Bilardo antes del Mundial de México 1986 cualquier cosa menos un jardín de rosas.
Ya en su segundo capítulo, titulado de forma contundente “Perdón, Bilardo”, veremos cómo esa selección que el DT argentino armó para el Mundial en México se deshizo de los malos augurios y terminó coronándose campeona en el mítico estadio Azteca. Aquí corresponde hacer una mención a otro factor clave en el éxito de esta serie documental. Y es que la producción parece no haber escatimado en lograr testimonios de los principales artífices de la consecución de este título. A esto habría que sumarle, evidentemente, el aporte periodístico. Para “Bilardo: el doctor del fútbol” se ha convocado fundamentalmente a lo que en Argentina se llama “periodistas de la gráfica” (medios impresos). Destaca entre todas estas voces la de Andrés Burgo, autor de múltiples libros sobre el mundo del fútbol, quien resume en varios momentos el ‘Bilardismo’.
Bajo el título “Un’avventura in più”, el tercer episodio de esta serie producida por Warner Media repasa el día después al campeonato de México 1986. Al resistido y casi odiado Bilardo se le voltea la opinión pública con una facilidad monumental. Los insultos se convierten en cánticos, pero no por mucho tiempo. La selección argentina empieza entonces un nuevo periodo de preparación con el objetivo claro: conseguir el bicampeonato mundial. Menuda tarea para un entrenador que –como bien dicen varios de los que participan en “Bilardo: el doctor del fútbol”—le tiene fobia a la derrota, y esta vez deberá seguir su camino aplicando un ligero recambio de figuras.
Si tuviéramos que elegir a algunos de los exfutbolistas que aportan su granito de arena al éxito de esta serie, sin duda, serían el polémico ‘Cabezón’ Ruggeri (tal vez el que más apariciones acumula), pasando por Jorge Burruchaga, Sergio Goycochea y Nery Pumpido. También hay espacio para figuras algo más jóvenes (aunque también retiradas) como Juan Sebastián Verón y el ‘Cholo’ Simeone. Cada una de estas figuras encuentra en este documental una oportunidad para rememorar aspectos inolvidables junto al DT. Algunos recuerdan cómo Bilardo mandaba ayudantes de campo a su casa para “investigar” cómo dormían, descansaban y vivían”, otros recuerdan las cábalas que el ‘Narigón’ cumplía antes de un duelo importante, y otros se ríen al recordar cómo el obsesivo DT “aconsejaba” a sus mujeres para que “no los agoten” en la intimidad porque eso no les permitiría entrenar óptimamente al siguiente día.
Muy probablemente el punto flaco de esta serie sea el último episodio. Aquí el punto de partida es un Bilardo post- selección argentina. Un subcampeonato que le dejó huella (aunque la afición lo recibió como un héroe en Casa Rosada) dio pie a un Bilardo abierto a otras posibilidades profesionales y personales. Aquí, sorpresivamente, la hija y la esposa del ‘Narigón’ casi desaparecen para dar pase a una imparable sucesión de hechos. El entrenador que confesó alguna vez “no poder distraerse más de dos días”, decidió poner una academia de fútbol internacional. Su sueño se ve frustrado al perder una licitación y decide, como si de olvidar un rechazo amoroso se tratase, acepta la primera oferta que le pusieron enfrente: DT del Sevilla español.
Sería incorrecto comentar esta serie documental sin mencionar a Diego Maradona. Los cuatro episodios tienen al ‘Pelusa’ –fallecido abruptamente en noviembre del 2020—como un elemento común. Se trata de una presencia que flota en cada una de las etapas del controvertido entrenador. No se exagera cuando se dice que el criado en Villa Fiorito fue el hijo que Bilardo siempre hubiera querido tener. Convocatorias, entrenamientos, charlas, triunfos, derrotas, lesiones, recuperaciones, palabras de cariño, pero también discusiones y críticas, marcaron una relación de complicidad que solo la muerte, en el caso de uno, y una delicada enfermedad degenerativa, en el caso del otro, fueron capaces de congelar. Aunque muy probablemente si Carlos aún sueña por las noches, se imagina confundiéndose en un abrazo con aquel hombre que le hizo ver al fútbol como una prolongación de la vida misma.
LA FICHA:
Sinopsis: La vida de Carlos Bilardo, uno de los entrenadores más exitosos de la historia del fútbol, contada a través de archivo inédito, viajes a los lugares en los que dejó su huella, y el testimonio de amigos, testigos, rivales y enemigos.
Título original: “Bilardo: el doctor del fútbol”
Duración: 4 episodios
Clasificación: +13 años
Género: Biografías