Desde aquellos primeros comentarios que hicimos sobre “The White Lotus”, la nueva serie de Mike White en HBO Max, dijimos que la propuesta era a primera vista modesta, pero que, si se lograba explotar correctamente las excentricidades de cada uno de sus personajes, el resultado final podía ser exitoso.
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En su capítulo final, los turistas están “disfrutando” sus últimas horas en el lujoso resort de Hawái. Aunque –desde lo visual-- cada amanecer resulta más bello que el anterior, en el plano personal podríamos decir que la mayor parte de las micro historias que presenta esta serie se vienen desmoronando cual castillo de naipes.
El primer caso de derrumbe podría ser el de la amistad entre Olivia Mossbacher (Sydney Sweeney) y quien fuera su mejor amiga, Paula (Brittany O’Grady). Si en un inicio lucían como inseparables aún en sus evidentes diferencias, en el camino se cruzó un apuesto hombre que terminó convirtiéndose en un detonante de incómodas confesiones. Al fracasar en su intento por propiciar el asalto a las joyas de la madre de Olivia (para con ese dinero ayudar al chico que la enamoró), Paula termina arrinconada ante la verdad. Y para defenderse apela a rencores jamás expuestos
Ya en el cara a cara, Olivia le recrimina a Paula por su accionar, remarcando que lo que hizo “es de ladrones”. Ella –desde su posición de humilde estudiante de clase media—le responde con dureza: “Tú también has robado”. “¿Robar qué?”, reacciona contrariada Olivia. “Supongo que no es robar si crees que todo ya te pertenece”.
Alrededor de este par de adolescentes está, por supuesto, la pareja que conforman Nicole (Connie Britton) y Mark Mossbacher (Steve Zahn). Sobre la primera –mujer poderosa y adinerada que llevó la batuta familiar en los primeros cinco capítulos—vale decir que hay un evidente respiro. A una crisis matrimonial que surge de forma inesperada (cuando su esposo le revela a su hijo Quinn que le fue infiel a su madre años atrás), le sucede una reconciliación con tintes algo heroicos, pero que termina en la cama matrimonial de la suite del White Lotus. “Para eso es que la gente se va de vacaciones”, dice Mark al llegar al orgasmo. “Eso he escuchado”, responde una sonriente Nicole.
El último personaje en esta peculiar familia es Quinn (Fred Hechinger). Aunque su personaje es notoriamente el más débil en toda la historia, hay que decir que es el único que deja cabos sueltos para la anunciada segunda temporada de “The White Lotus”. Como dijimos en los comentarios previos, estamos ante un adolescente de 16 años que, alejado de su familia porque esta no tiene tiempo para escucharlo, decide descubrir por sí mismo las bondades de la naturaleza. Así es como terminará abriendo una puerta a la homosexualidad al resultar maravillado por la belleza y el portento físico de un grupo de deportistas originarios de Hawái. La acción que realiza en el último minuto de la serie bien podría abrir la segunda parte.
Antes de hablar del principal conflicto en “The White Lotus” toca lamentar cómo se desinfló el personaje de Tanya McQuoid (Jennifer Collidge) 😕. Aunque tal vez, para quienes hayan seguido atentamente los capítulos previos, no les resulte tan “sorpresivo” que al encontrar el amor ella termina casi mágicamente resolviendo sus tristezas. En el camino, por supuesto, deja en el aire a Belinda (Natasha Rothwell), personaje que mejor representa el otro lado de este turismo oneroso y por momentos ridículo. Una humilde mujer que da masajes ocho horas al día para poder solventar a su familia y que, de un momento a otro, recibe una propuesta de negocio insuperable: el Spa propio. Hasta que la ofertante, por supuesto, se va detrás de un último amor otoñal.
Como cierre, toca mencionar que el matrimonio conformado por Shane (Jake Lacy) y Rachel Patton (Alexandra Daddario), como era previsible, no funcionó. En su penúltimo amanecer en Hawái, ella despierta consciente de que no ama al hombre con el que se casó casi en tiempo récord. En su desesperación intenta tejer una explicación que, aunque sincera, no lastime el ego de su marido: “Me cansé de ser solo una esposa trofeo”, le dice.
Desde su papel de hombre manipulador y totalmente incapaz de admitir errores, Shane le advierte a Rachel que “ahora empieza el camino de la oscuridad”. Mientras él sigue en su intento por arruinarle la vida al manager del hotel, Armond (Murray Barlett) a quien culpa de haber pasado “la peor luna de miel”, su esposa va buscando al primero que sea capaz de escuchar atentamente sus problemas.
Ahí entonces aparece Belinda, quien arrastra el derrumbe de su fantasía de empresaria de los masajes. Así es cómo esta chica ojos celestes que parece tener la vida resulta le consulta a la masajista:
- “No lo sé, disculpa, no quiero abrumarla con esto (…) ¿qué cree usted?”
- ¿Quiere mi consejo? No tengo ninguno.
Si algo va a salvar esta serie de irse al baúl de las producciones mediocres que solo “cumplen” es –más allá de sus paisajes hermosos, de su sountrack delicado y sus efectos de sonido precisos, y de lo exagerado de sus personajes—el conjunto de significados que engloba esta sola escena. 🤔
LA FICHA:
Sinopsis: Una sátira social ambientada en un exclusivo resort hawaiano, la serie sigue las vacaciones de varios huéspedes del hotel durante una semana mientras se relajan y rejuvenecen en el paraíso. Pero con cada día que pasa, surge una complejidad más oscura en estos viajeros perfectos, los empleados alegres del hotel y el lugar idílico en sí.
Plataforma: HBO Max
Temporada: 1 (6 capítulos)
Duración: 1 hora por capítulo (aproximadamente)
Clasificación: +18.