En streaming, se pueden encontrar muchos títulos que nos permiten conocer más de la vida de queridos artistas de diferentes origenes. Una de estas historias es “El príncipe de la canción”, drama de la cadena Telemundo que aborda la vida de José José. Protagonizada por Alejandro de la Madrid, la ficción, además de mostrarnos el difícil recorrido artístico del que es una de las figuras más importantes de la música en español, revive uno de los pasados más oscuros en su biografía: su tormentosa relación con Natalia ‘Kiki’ Herrera.
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Cuando se conocieron, en la primavera de 1970, el joven talento se había convertido en la sensación del festival de la Canción Latina con su interpretación de "El triste". Tenía 22 años. Ella, de poco más de 40 años, intentaba hacer una carrera en el mundo del espectáculo a pesar de los deseos de su distinguida familia.
Y es que Natalia Herrera Calle era miembro de los más elevados estratos sociales mexicanos. Su madre fue la hija mayor del ex presidente mexicano Plutarco Elías Calles. Su padre, el poderoso empresario Carlos Herrera.
En los años cincuenta, Kiki, como era conocida, se casó con un muchacho de la comunidad española. Tuvieron tres hijos, pero la historia no funcionó y, a fines de la década, se divorciaron.
Siempre dispuesta a vencer las convenciones sociales, Kiki decidió seguir con su sueño de convertirse en artista y, así, empezó a trabajar en el mundo del espectáculo. Fue en una fiesta de este entorno, en un centro nocturno llamado “El Patio”, que tuvo su primer encuentro con José José. Dicen los testigos que el flechazo fue inmediato.
Diferencias irreconciliables
La pareja se casaría de manera apresurada en febrero de 1971. Y de manera igualmente prematura empezaron a llegar los problemas. Algunos dicen que fue la diferencia de edad; otros, la diferencia de clases sociales. No faltan quienes apunta a la envidia profesional. Lo cierto es que de lo que vivieron esos 18 meses que estuvieron juntos, antes de una escandalosa separación, se ha dicho mucho, principalmente del lado de José José.
En la película “Gavilán o paloma”, en el libro “Este soy yo” y en la serie disponible en Netflix (todas obras publicadas después de la muerte de Kiki), José José es retratado como un hombre inocente corrompido por una mujer violenta y calculadora.
Para el periodista Ramón de Flórez, el peor enemigo de José José no fue su amor desmedido por Kiki, sino sus demonios internos.
“Aquel joven tímido, sencillo y humilde empezó a beber en exceso para poder asimilar su éxito arrollador. José José se rodeó de una partida de pillos y gorrones que le festejaban todo, le adulaban el ego y fomentaban sus parrandas, vicios y borracheras”, dijo el periodista, quien lamentó en varias ocasiones que este utilizara su poder mediático para pintar un retrato equivocado de Kiki.
"Tuve la desagradable impresión que (en su cinta) llevaba al espectador a sentir o llegar a la conclusión de que todos los males, problemas y enfermedades de este estupendo cantante y que afectaron tanto su carrera, fueron originados por haberse casado con una mujer mundana (...) Pienso que tanto José José como Natalia Herrera Calles nunca debieron casarse; pertenecían a mundos diferentes difíciles de compaginar y el flechazo que los llevó al matrimonio fue una gran equivocación. La cinta de Carlos Amador buscó un sensacionalismo y sentimentalismo baratos, y en aras de una rentabilidad fácil convirtió a José José en pobre víctima de una mujer fatal. Siento además que esta importante figura de la canción romántica, hizo mal en prestarse a dar una apreciación totalmente diferente a la realidad y destrozar con ello la imagen de una señora que se enamoró y se casó con él", declaró De Flórez a Univisión.
Nada dura para siempre
La separación de José José y Kiki Herrera mantendría el tono controversial de su romance. La pareja se distanciaría a inicios de 1973, cuando los problemas de alcoholismo de José José ya eran imposibles de ocultar. El cantante abandonaría el hogar y retomaría contacto con Anel Noreña, una ex novia que quedaría embarazada al poco tiempo. La noticia fue un escándalo. El ‘Príncipe de la canción’ seguía casado con Kiki, quien le concedería el divorcio, tras una larga batalla legal, en 1975.
José José empezaría una nueva vida y cosecharía nuevos éxitos. Kiki, en cambio, pasaría largos años de soledad, rechazada por la sociedad y, sin saberlo, a la espera de una desenlace trágico.
Para llegar a su casa en las exclusiva zona de Lomas de Chapultepec, Kiki tenía que conducir por un cruce ferroviario. Pero en 1983 no lograría llegar a su destino. Dicen que su auto quedó atorado en el cruce de vías. Y que al darse cuenta de que el tren carguero se acercaba a toda máquina, Kiki habría decidido abandonar el vehículo. Con la desesperación de intentar salvarse, el tacón de uno de sus zapatos quedó prendido en la vía y su final fue brutal.
Pero la disposición de la escena mortífera (el automóvil fue arrollado por un tren y quedó casi intacto, pero el cuerpo de Kiki, destrozado, apareció debajo de la máquina) generó severas dudas. En un artículo publicado aquel año en la revista "Proceso", el periodista Carlos Marín habló de los "intereses millonarios" que apuntaban a que la muerte de Natalia Herrera no fue casualidad.
El autor recordaba que la actriz fue una piedra en el zapato cuando se dispuso el cambio de suelo en su zona residencial para permitir la construcción de condominios, oficinas y comercios. Pero hasta ahora nadie ha podido explicar con certeza lo que ocurrió.
Eso sí, el tema continuó siendo motivo de especulaciones. Y en 1988, el productor Valentín Pimstein, fue duramente criticado cuando se “inspiró” en este caso para el cierre de la telenovela “Rosa Salvale”, donde la villana, Leonela Bustamante, muere de forma similar.
Kiki Herrera fue una figura icónica del México de los años sesenta y seguramente la serie “José José: el príncipe de la canción” despertara nuevamente el interés por su historia.
EL DATO:
“José José, el príncipe de la canción” estuvo en el catálogo de Netflix, pero actualmente solo se puede ver en el servicio de Telemundo, disponible para Estados Unidos. Fuera de la región, se puede alquilar en servicios como JustWatch.