La maana del 27 de marzo los peruanos nos sorprendimos cuando el director de Relaciones Institucionales de Southern Per Copper Corporation (Southern), Julio Morribern, anunci en RPP el retiro definitivo del proyecto minero Ta Mara de Arequipa.
De acuerdo con el funcionario, esto se deba a dos motivos: en primer lugar, la arremetida de un nuevo tipo de terrorismo, el terrorismo antiminero []. En segundo lugar, la parlisis del Estado en su rol de promover las inversiones y dar las garantas necesarias para que se pongan en marcha.
No obstante, tan solo horas despus, la ministra de Energa y Minas, Rosa Mara Ortiz, aclar que el presidente del directorio de Southern, scar Gonzales Rocha, saldra ese mismo da a rectificar lo dicho por el vocero. Y as lo hizo.
Pero sus declaraciones no fueron suficientes para calmar las aguas, pues todava existe mucha incertidumbre acerca de la viabilidad del proyecto.
Independientemente de si las declaraciones de Morribern fueron una estrategia de la empresa o si l decidi hacer un anuncio sin consultar tema que no abordaremos en esta ocasin, alrededor del proyecto Ta Mara se han tejido una serie de cuentos y mitos.
Y para entender realmente lo que est pasando es necesario separar la paja del trigo. Debemos retroceder en el tiempo y analizar cmo es que Southern ha operado a lo largo de los aos, su relacin con la poblacin, el rol de los dirigentes antimineros y la ausencia del Estado.
Humo negro Cuando Southern empez sus operaciones en los aos cincuenta, contamin severamente la costa producto de sus procesos de fundicin y la creacin de relaves. Para Daro Oviedo, director de Servicios Ambientales de Southern, es innegable que las chimeneas emanaban un humo negro que afect el valle de Ilo.
Pero Oviedo explica que esto debe ser entendido dentro de un contexto histrico ya que en esa poca no existan tecnologas limpias ni las exigencias de proteccin del medio ambiente que tenemos hoy, por lo que la tendencia era fundamentalmente aumentar la produccin sin tomar en cuenta factores medioambientales.
Con el objetivo de minimizar estos daos, a principios de los aos noventa, Southern empez, de manera unilateral, a implementar nuevas tecnologas e invirti ms de US$500 millones en modernizar la planta de fundicin de Ilo.
Pese a estos esfuerzos, lo real es que todava muchas personas tienen vivos recuerdos de esas enormes nubes negras lo cual, hasta la fecha, ha afectado la imagen y credibilidad de la empresa.
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Gnesis del problema Los primeros trabajos de exploracin empezaron en 1994 y no es hasta el 2007 que Southern anuncia un plan de inversiones.
En julio del 2009, la empresa present al Estado un Estudio de Impacto Ambiental (EIA), el cual recibi una serie de observaciones, entre las cuales el uso del agua era el tema ms sensible. La poblacin asumi que el agua que destinaban a la agricultura se usara en las operaciones de la minera.
Esta situacin se agrav con los cambios de posicin de Southern. En un primer momento la empresa seal que usara agua de pozos subterrneos, pero la gente rechaz esta alternativa. Luego, la empresa propuso hacer represas, lo que tambin fue rebatido.
Carlos Aranda, gerente tcnico de Southern, reconoce el desacierto: Cuando hicimos el trabajo la primera vez no hicimos las cosas bien. Seamos honestos: la poblacin nos vea como muy soberbios.
En abril del 2010 se realiz un paro en contra del proyecto Ta Mara. Para noviembre de ese ao, las manifestaciones fueron in crescendo.
El entonces ministro de Energa y Minas Pedro Snchez decidi contratar a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) con el propsito de evaluar el EIA.
El 16 de marzo del 2011, Unops present un informe con 138 observaciones, que indicaba, entre otras cosas, que no se contaba con un estudio hidrogeolgico (de agua y suelo).
Pocas horas despus de la entrega del informe, este fue filtrado va correo electrnico a uno de los dirigentes del Frente de Defensa del Valle de Tambo.
Dada la controversial informacin, ese mismo da se desataron violentas protestas. Hubo tres muertos y medio centenar de heridos.
Ante este conflicto y los resultados del EIA, el 8 abril, el Gobierno declar inadmisible el estudio de impacto ambiental.
La confianza de Abraham El proyecto estuvo suspendido en los primeros aos del gobierno del presidente Humala por el miedo generado con la gran transformacin.
Pero Ta Mara es un proyecto altamente rentable incluso a los actuales precios del cobre. Es as que Southern decide seguir adelante con el proyecto y presenta un nuevo EIA que incorpora las observaciones de Unops.
Adems, la empresa se comprometi a no utilizar agua del ro Tambo y asegur que se obtendra mediante la desalinizacin de agua de mar.
Por otro lado, se contrat a Julio Morribern para hacer un exhaustivo trabajo de campo con la poblacin y varios funcionarios se mudaron al valle.
La actual gobernadora de Arequipa, Yamila Osorio, declar a El Comercio que, a pesar de los esfuerzos de la empresa, para ese entonces haba demasiada desconfianza por la contaminacin histrica y el mal manejo con la poblacin, al punto que en la audiencia pblica (requisito indispensable para obtener el EIA) hubo un gran descontento.
No obstante, en agosto del 2014, el EIA fue aprobado. Segn fuentes del Ministerio de Energa y Minas (Minem) que prefirieron no ser citadas, este estudio cumple con todos los requisitos de acuerdo a ley.
Sin embargo, para Yamila Osorio, ni el Estado ni la empresa han hecho un trabajo adecuado para explicar la diferencia entre el primer y el segundo EIA. Para ella, este nivel de desinformacin ha generado un espacio para que opositores ganen fuerza, lo cual se potenci cuando Morribern hizo referencia al terrorismo antiminero en la zona.
Tirios y troyanos Si bien los errores de la empresa son evidentes, tambin es cierto que hay quienes han capitalizado esta situacin para empujar agendas personales.
Este hecho no es desdeable si tomamos en cuenta que en Arequipa aproximadamente la mitad de la poblacin segn una encuesta de Apoyo est de acuerdo con la minera (cifra alentadora en comparacin a un 10% de respaldo en Cajamarca).
En esa lnea, la gobernadora Osorio coment a El Comercio que ha recibido una carta firmada por Patria Roja, el MAS, el Partido Comunista del Per y Tierra y Libertad en la que se le pide que diga no a la minera.
Para la gente de Tierra y Libertad, la minera no es una actividad econmicamente viable. Para ellos es irrelevante que los EIA confirmen que los proyectos mineros no representan un peligro para el medio ambiente, lo cual dificulta cualquier tipo de dilogo. Y varios dirigentes de las protestas, como Helar Valencia y Jess Cornejo Reynoso alcalde de Cocachacra y presidente de la Junta de Usuarios de Riego del Valle de Tambo, respectivamente, han establecido una relacin cercana con Marco Arana, quien ha movilizado gente desde Cajamarca.
De igual manera, hemos visto cmo el congresista por Cajamarca Jorge Rimarachn fue a sumarse a la propuesta y a azuzar a la poblacin y pidi al presidente Humala que elimine todas las concesiones que ha hecho el Gobierno.
Las motivaciones polticas e ideolgicas explican en gran medida la negativa de algunos dirigentes a participar en la mesa de dilogo instalada por el Gobierno.
El Estado Pilatos Los discursos radicales funcionan con ms fuerza cuando el Estado no ha cumplido con sus obligaciones y cuando la gente siente desconfianza de una empresa.
En el caso de Huancavelica, por ejemplo, operan las mineras Cobriza, de propiedad de Doe Run, la mayor productora de cobre que copa el 93% de la produccin, y la empresa minera Buenaventura, con produccin de cobre, plomo, zinc, plata, oro. Los hogares de distritos mineros comparados con los no mineros, segn un informe de Macroconsult del 2011, tienen menores tasas de analfabetismo y desnutricin infantil, mayor esperanza de vida e ingresos superiores en casi 36%.
Sin embargo sigue siendo la stima regin ms pobre del pas y el Estado no ha sido eficaz en utilizar los recursos fiscales generados por la minera para mejorar los servicios que presta a sus ciudadanos
Cuando uno conversa con los agricultores del Valle de Tambo, no sorprende escucharlos decir: Las empresas se llevan el mineral, se hacen ricas y qu me dejan a m? Mi situacin no ha cambiado en los ltimos 30 aos.
Existe un motivo adicional por el cual los agricultores de Islay se veran afectados con el proyecto minero: la construccin elevara los sueldos de los peones debido al incremento en la demanda por mano de obra de la zona. Los costos de contratacin de los agricultores se elevaran.
Crucifixin? Los directivos de Southern han expresado que seguirn adelante y el Estado ha reaccionado con el envo de cuatro ministros a explicar el proyecto. Sin embargo, an existe mucha incertidumbre acerca de la viabilidad de Ta Mara y, para la gobernadora de Arequipa, todava hay mucho trabajo por hacer y no es claro cundo el proyecto podra empezar.
*En colaboracin con Ariana Liray Elody Malpartida