El gas de Camisea garantiza la generación de por lo menos el 30% de la energía eléctrica del país y el 80% del gas licuado de petróleo. En un comunicado difundido horas después del atentado, TGP alerta sobre la difícil situación de inseguridad por la que atraviesa: “Los hechos de violencia que venían aconteciendo desde hace unos meses ya nos impedían mantener adecuadamente el sistema de transporte”. Y anuncia que este último ataque, “además de generar la suspensión total de las actividades de mantenimiento en la zona”, le imposibilita “dar respuesta a cualquier incidente o situación de emergencia que pueda afectar la continuidad del transporte”.
La paralización del servicio de mantenimiento del gasoducto no detiene el transporte de gas, pero pone en riesgo la infraestructura, pues el ducto no recibirá en adelante el cuidado que se requiere ante alguna eventual falla o cualquier otro incidente.
La tarde de ayer varios trabajadores de las empresas contratistas fueron trasladados por seguridad a la capital de La Convención, Quillabamba. “Confiamos en que el Estado dispondrá de los recursos y las acciones necesarias para restablecer las condiciones de seguridad en el área”, concluye TGP en su comunicado.
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