Andahuaylino traído de niño al miraflorino colegio Alexander von Humboldt, Efraín Trelles ingresó a la Pontificia Universidad Católica del Perú en 1971. Pronto destacó por hacer preguntas que ningún estudiante planteaba. Ahora doy fe que en diálogo con su profesor Franklin Pease G. Y., mi esposo, respondía a sus inquietudes con perspicacia inherente a sus raíces familiares de hacendado hispano-andino que sabía hablar y usar el quechua.
Efraín –a quien siempre llamamos así aunque los demás le dijeran ‘Cholo’– estuvo entre los estudiantes de Historia que acudieron a la convocatoria de Franklin para transcribir juntos la Visita de Yanque Collaguas (Urinsaya), efectuada en 1591 por el capitán Gaspar Verdugo, corregidor y justicia mayor, documento conservado en el archivo del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
En 1974 se fueron al Colca, a donde llegaron a caballo para estudiar y comprender, desde los archivos parroquiales, cómo reaccionó allí la población andina a los mecanismos de presión coloniales, tales como las reducciones, la mita y el tributo. Este proyecto, codirigido por Franklin y David Cook, profesor de la Universidad Internacional de la Florida (EE.UU.), fue pionero de los estudios interdisciplinarios e interuniversitarios con la incorporación de Alejandro Málaga Medina (1935 -1995), profesor de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. La Fundación Ford auspició estos primeros estudios históricos universitarios de las y los Collaguas cuando salían de su aislamiento colonial, dado que entonces el Proyecto Macon construía carreteras así como represas que derivaban desde esas alturas andinas el agua del río Colca para irrigar las costeñas pampas de Majes.
En 1977 publicaron el libro Collaguas I y Efraín, en coautoría con José Luis Rénique, hizo una aproximación demográfica que reactualizó el análisis estadístico de la existencia humana en los Andes, así como el movimiento de la población del Tawantinsuyu y su subsecuente descenso resultante de la invasión española.
En el siglo XXI Efraín preguntaba ¿en qué momento entra el gran sur andino en el repertorio y producción del maestro Franklin Pease? Por eso escribíamos su biografía –para toda lectoría–, que publicaríamos al término de la fiesta futbolera de Rusia 2018. Este fue un tiempo en que podíamos encontrarnos en la Biblioteca Nacional y en otras ocasiones conversar sobre su joven familia, la realización personal de Alberto, su hijo, a quien había dado el nombre de su padre, y sobre Kolela Derteano, su esposa.
Franklin y yo siempre estuvimos con él, en las ‘maduras’ y también en las ‘duras’. Ojalá me alcance el tiempo para seguir con la biografía de “Franklin para todo el mundo”, como propuso Efraín.