No exagero cuando afirmo que BoJack Horseman es una serie que estruja el corazón. Con la ficción creada por Raphael Bob-Waksberg me pasa algo distinto en comparación al resto de series (incluidas las animadas): no puedo mirar inmediatamente otro episodio. Es tanta la carga emocional que necesito unos minutos -a veces horas- para poder continuar. A lo largo de cinco brillantes temporadas, el hombre-caballo de 50 años ha intentado (sin éxito) enfrentar a los demonios que lo acechan desde su niñez. ¿Qué haces cuando -finalmente- eres consciente de que tocaste fondo? Pides -o, en este caso, aceptas- ayuda. Y así arranca esta nueva entrega de ocho episodios: BoJack en rehabilitación.
Como si fuera una especie de recompensa al espectador por haber esperado más de un año para la sexta temporada, el inicio es bastante esperanzador para el protagonista. Por fin ha emprendido el viaje para ser feliz. Mantenerse sobrio es el primer paso. Aún debe perdonarse a sí mismo. En ese trayecto, claro, intenta cumplir la promesa que hizo, allá por el 2014, en los primeros episodios: convertirse en una mejor persona. Si bien esta entrega se centra en la resiliencia de BoJack, el resto de personajes también enfrentan sus propios dilemas.
-PUNTO DE QUIEBRE-
Si hay un personaje que ha emprendido un viaje similar al de BoJack, definitivamente es Diane, una de las que más destaca en esta entrega. Gracias a su trabajo como reportera en Girl Croosh, recorre diversos estados en búsqueda de historias potentes para que inspiren al resto -y en el fondo, a ella misma-. En el camino, entabla una relación con Guy, el camarógrafo que la acompaña en estos viajes. Cuando este le propone iniciar una vida en Chicago, alejada de Los Ángeles, la escritora entra a un punto ciego. Mientras aprende a lidiar con la ansiedad y la depresión, Diane entiende la importancia de la compañía. Las grandes corporaciones no la dejarán cambiar el mundo, pero al menos no los enfrentará sola.
Quien se suma a esa lista sobresaliente es Princess Carolyn, que ahora intenta equilibrar la maternidad y el trabajo. Los gráficos y colores (como los de la foto) reflejan el estrés de la agente. Intenta cumplir el lema que repite temporadas atrás: “hacerlo todo”, pero se flagela cada vez que cuestiona su decisión de adoptar a una adorable bebé puercoespín porque siente que disfruta más lo laboral que esta nueva etapa. La sorpresa: Vanessa Geko no es la antagonista que se pensaba. Gracias a su consejo, Princess Carolyn descubre que sí puede hacer ambas cosas a la vez (cuidar a su bebé sin descuidar su trabajo). El guion es una exquisita crítica y reflexión sobre la maternidad en tiempos modernos.
-DAÑO COLATERAL-
Además de la resiliencia de BoJack, la serie también ahonda en los personajes que se vieron afectados por la conducta tóxica de la estrella de Horsin’ Around. Un claro ejemplo: Kelsey -que fue despedida de Secretariat (temporada 2) por culpa de BoJack- estaba en la “cárcel de los directores”. La cineasta pasó al rubro comercial hasta que le ofrecen dirigir una película de una superheroína empoderada, pero no por sus habilidades, sino porque tener a una mujer a cargo es buena publicidad. “Las reglas son diferentes para las mujeres. Si eres mujer y salvas el día, nadie te quiere. Te dan por sentado. O peor, te molestan. Intentan castigarte. Cuanto más poderoso eres, más intentan quitarte tu poder". Esa es otra de las reflexiones que más resalta en esta última entrega.
Gina, por su parte, continúa en la actuación. Sin embargo, [el equipo con el que trabaja] al desconocer el ataque que sufrió mientras rodaba Philbert (temporada 5), ha sido catalogada como “diva”. Quien también tiene un estrés post-traumático es Hollyhock, que se aterra cada vez que intenta beber por el antecedente familiar.
BoJack Horseman mantiene su dosis de realismo, crítica social e introspección. Cada temporada es más desoladora, pero ese sentimiento no se compara al de la espera: en enero del 2020 conoceremos el final del caballo que en el mundo real tiene lo que tanto busca en la ficción: cariño, aceptación y compresión. //