POR CARLA DE FEUDISHay pocos lugares en el mundo tan extremos y tan hermosos. El salar de Uyuni, Bolivia, tiene más de 10.500 kilómetros cuadrados, es el mayor desierto de sal y la reserva de litio más grande del mundo. La sal que concentra Uyuni tiene unos 120 metros de grosor. A pesar de que se extraen unas 25 mil toneladas de sal al año (junto a litio, potasio y boro), las reservas no tienen visos de agotarse.
La mayoría de los satélites de imagen que son lanzados al espacio se enfocan en Uyuni –una gran área blanca– para calibrar sus antenas e instrumentos fotográficos.
Si algún día se anima a ir, durante cuatro días hará casi 1.200 km de trocha en camionetas 4x4, dormirá en hostales bastante básicos y el cuerpo y mente estarán retándolo continuamente por el clima y la altura (que varía entre 3.600 y 5.000 m.s.n.m.). Todo, sin dudarlo, valdrá la pena.
Uyuni no es solamente el salar... Durante la visita a este destino también se pueden ver lagunas de colores impresionantes, cactus de seis metros de altura, llamas, zorros, vizcachas, vicuñas y flamencos corriendo libremente. Incluso se puede dormir en un hotel hecho completamente de sal.
Por algunos meses del año, el cielo y la tierra se confunden. Uno puede sentir como si caminara en el cielo, por el efecto espejo o white out que se produce al combinarse los reflejos del sol con la sal blanca. Por si fuera poco, el espectáculo de estrellas nocturno es impresionante. El cielo es tan claro y despejado que se observan las constelaciones en el firmamento. //
SEPA MÁSUno puede llegar de diferentes maneras a Uyuni pero la más rápida es tomado un avión desde La Paz. Se debe contratar una excursión guiada de tres días: desde el pueblo de Uyuni, en Bolivia; o desde el pueblo de San Pedro de Atacama, en Chile.Entrar a las reservas tiene un costo de US$ 30, sin contar el tour, que incluye alojamiento y alimentos.La temperatura en el día oscila entre los 5 y 10 grados centígrados.