He viajado a uno de los paisajes más espectaculares del planeta: el salar de Uyuni ocupa más de 10.500 kilómetros cuadrados de desierto blanco y está ubicado a 3.660 m.s.n.m. Junto con ser el más grande y alto del mundo, contiene la mitad de las reservas de litio del globo y, por si esto fuera poco, en la temporada de lluvias luce como un espejo monumental, donde el cielo se confunde con la tierra.
El famoso efecto espejo se produce cuando el agua de la lluvia se acumula en el territorio salino. Sobre esta capa impermeable se reflejan las nubes, los picos, las montañas de sal y los viajeros que llegan a ver este espectáculo natural. Recuerda que, aunque las precipitaciones ocurren desde diciembre, la mejor época para observar este fenómeno va de enero a marzo.
De viaje al espejo del cielo
Después de una noche en el bus, que nos conduce desde La Paz, amanecemos en la ciudad de Uyuni. Fuera del vehículo, sin calefacción ni mantita, se siente un frío tan intenso que nos quita el sueño y nos obliga a entrar a la cafetería Satori, la única abierta antes del amanecer, que para nuestra suerte ofrece Internet, tomacorriente y desayuno caliente.
Como este destino solo se puede recorrer en compañía de guías registrados, tuvimos que esperar un par de horas a que las agencias de viaje atiendan. El menú de tours es variado: puedes visitar el salar de Uyuni en un día (US$ 35), al amanecer o al atardecer, pero te recomiendo tomar el circuito de 3 días (US$ 140), que además incluye un recorrido por la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa.
Nosotros optamos por este último y compartimos el servicio con otros 4 viajeros y un guía. Un grupo con el que hicimos click desde el inicio y fue lo mejor, porque no solo compartimos la camioneta y las comidas. También, los baños, las duchas y una habitación por una noche. Como una gran familia sin siquiera conocernos. ¿Suena difícil no? Pero si hay buena disposición y una agencia que cumple con todo lo estipulado no habrá problemas.
Nuestro plan incluyó el traslado desde la ciudad de Uyuni por 3 días, 2 noches de alojamiento, las comidas y un guía conductor. Era un servicio compartido, pero también existen privados, e incluso planes de lujo, solo que son más costosos.
Postales de viaje
A solo 3 km. al sur de la ciudad de Uyuni se ubica el cementerio de trenes, una estación fantasma en la que permanecen un conjunto de locomotoras antiguas y abandonadas, que es la primera parada del viaje.
Continuamos al pueblo de Colchani, donde están las plantas procesadoras de sal y varios puntos de artesanos locales. En el siguiente spot, no tardamos mucho en encontrar la bandera peruana en medio de una plaza repleta de los estandartes de decenas de países del mundo.
Llega la tarde y a bordo de una camioneta 4x4 ingresamos al salar de Uyuni. Buscamos un espacio lejos de todo y nos ponemos las botas de jebe para esperar la caída del sol, pero sin mojarnos los zapatos. Mientras tanto, usamos la imaginación para hacer fotos con perspectiva, profundidad de campo y, como esperamos desde el primer momento, caminamos sobre las nubes.
El sol cae en medio de un mar de sal que parece infinito. De pronto, nada de lo que nos rodea es blanco. Estamos en un paisaje de tonos dorados, sin poder distinguir dónde acaba la tierra y comienza el cielo. Hacemos las últimas fotos, pedimos un deseo y volvemos al vehículo. La temperatura baja de golpe, pero nada puede acabar con la satisfacción de haber presenciado uno de los espectáculos naturales más hermosos del mundo.
Mucho por ver y hacer en la ruta
Después de un día de múltiples emociones, nada mejor que una buena ducha, una rica cena y la comodidad de una cama caliente. Como estamos en el salar, no hay mejor plan que alojarnos en un hotel de sal. Los hay de todo precio, desde el primer hotel del mundo construido íntegramente con este mineral, que cuenta con suites y spa, hasta opciones más económicas con habitaciones simples y baño compartido. Tú, y tu bolsillo, deciden.
En los siguientes días no hubo señal de Internet, pero sí una conexión increíble con la naturaleza: lagunas coloridas en las que anidan flamencos, pueblos desérticos, un árbol de piedra esculpido por el viento, volcanes inactivos, géiseres, baños termales y mucha aventura. Sin duda, el salar de Uyuni es el destino al que todo amante de la fotografía y los lugares espectaculares debe viajar.
- Primero debes llegar a la ciudad boliviana de La Paz. Las aerolíneas Latam, Boliviana de Aviación (BoA) y Avianca ofrecen vuelos desde Lima. El tiempo de viaje sin escalas es de 2 horas. También, puedes viajar a Puno y cruzar la frontera por Desaguadero o Copacabana. Hasta La Paz tardas 5 horas por el primer acceso y 7 horas por el segundo. Viajar por tierra toma más tiempo, pero es la opción más barata.
- Desde La Paz toca volar o salir en bus a la ciudad de Uyuni. BOA y Amaszonas cubren esta ruta en vuelos de una hora. La empresa de buses más recomendada en ese tramo es Panasur. El viaje en bus demora entre 10 a 12 horas y hay salidas nocturnas, que te permiten ahorrar una noche de hospedaje.
- En la ciudad de Uyuni debes contratar una agencia que te lleve a visitar el salar. Hay planes de medio día, día completo y circuitos de hasta 3 días.