Es, sin duda, la crónica sobre el Perú y los Mundiales que no había en las bibliotecas. Teníamos, por partes, imágenes de Chumpi en México 70, fogonazos de Cueto y Cubillas en el 78, y el mágico reporte de 1981 y su triste final en España 82. Y, por supuesto, ese agujero negro de 36 años sin Copas, esas cuatro décadas sin Panini. Faltaba entenderlo y explicarlo.
El escritor José Carlos Yrigoyen ha recogido testimonios, buceado en archivos y ordenado las cuatro clasificaciones del fútbol peruano en los Mundiales –los capítulos buenos, los malos, los terribles– para escribir “Con todo, contra todos” (Penguin Random House), una ruta para conocer a dónde fue y por qué se perdió la selección. Más que escribirlo –pienso–, este es el libro que Yrigoyen quería leer.
- Le dedicas el libro a Zoe, tu hija. ¿También crees que esta generación crecerá un poco más feliz gracias al fútbol?
Sí, claro. Pertenezco a la generación de la derrota. El fútbol entonces era el reflejo de un país que se caía: empobrecido, ensangrentado, turbulento. ¿Qué podíamos celebrar? El fútbol peruano en estos 36 años se desarrolló en perfecta consonancia con eso, era el fútbol que cabía esperar. En los últimos años el país mejoró, volvió la democracia, hubo cierta tranquilidad. ¿Por qué el fútbol no crecía? Ahora podemos decir que ha empezado a alinearse, con el equipo de Ricardo Gareca y su solidaridad y su juego. Es muy bueno eso. Mi generación no sabía creer, éramos un país que no parecía estar hecho para la hazaña. Nos volvimos escépticos, cínicos. Y sí, se lo dedico a Zoe porque ella pertenece a una generación que ahora ve posible salir a celebrar a la calle. Nosotros, no. Nuestros hijos tienen otra esperanza.
- ¿Recuerdas algún momento de euforia así por el fútbol o sin él?
Solo recuerdo algo parecido con el 1-0 contra Argentina de Maradona en el 85. Luego… lo que sí te puedo decir, claramente, es el momento más triste: 12 de octubre del 97, 4-0 ante Chile. Esa goleada, ese golpe y su herida, no la hemos podido cerrar hasta 20 años después. Suma la tragedia del Fokker, el Perú parecía un país signado por la pérdida.
- ¿Cuánto tiempo tiene guardado este proyecto?
La idea fue creciendo desde el año 98, 99. La derrota ante Chile de las Eliminatorias a Francia me afectó muchísimo. ¿Te acuerdas la desazón de esos días? El ‘Chorri’ y ‘Ñol’ eran héroes días antes y luego, unos fracasados y perdedores. Lo que pasó me hizo buscar información sobre aquella época en que sí íbamos a los Mundiales. Rastreé. Hablé con gente grande, mayor, porque me parecía que la verdad estaba más en sus testimonios y no tanto en lo que salió en los diarios o la TV. “Algún día voy a escribir sobre esto”, decía, pero no encontraba el disparador. La tarde en que Perú le gana 2-1 a Ecuador en Quito, me di cuenta de que debía organizarlo todo y empezar a escribir. Al sábado siguiente ya estaba ordenando todos mis apuntes.
- ¿Qué querías probar?
Más que eso, quería saber. Necesitaba contar todo lo que había sido nuestra época dorada y explicar, a partir de ellos, lo que pasó después.
- ¿Por qué el título del libro, Con todo, contra todos? ¿Tiene algún mensaje cifrado?
La selección tiene como cordón que lo une haber conseguido logros a pesar de las dificultades: el partido en la hostil Bombonera del 69, la copa del 75 en un gobierno militar que se empeñaba en destruir el torneo nacional… El título responde a esa historia de la selección dura, agreste, con reveses, pero a pesar de ello con hazañas por contar.
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