Según el INEI, 5 de cada 10 estudiantes que ingresan a la universidad desertan por diversos factores.
La vida universitaria implica asumir mayores exigencias académicas, que deben ordenarse con horarios de descanso y alimentación. Si el estudiante no logra adecuarse, esta carga de responsabilidades le generará muchos problemas que, incluso, pueden terminar con el abandono de la carrera.
1. ALERTA A LOS CAMBIOS
Cuando una persona no se adapta al nuevo ritmo de estudio, se evidencian problemas físicos, como dolor de cabeza, cuello, hombro y espalda. Si el problema continúa, puede causarle gastritis, estrés y aumento o disminución de peso. En el campo psicológico, es posible experimentar ansiedad, frustración e irritabilidad. Así lo asegura Carmen Rosa Lozano, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
Para la experta, un problema común entre los nuevos estudiantes es que aún piensan que están en el colegio y no cambian su comportamiento. A ello se suma que no saben gestionar su tiempo libre. La alimentación también es clave, porque necesitan más energía. Un descuido puede perjudicar su rendimiento. También deben gestionar más sus emociones para relacionarse mejor con sus compañeros de clase.
Un bajo rendimiento académico en las primeras semanas también afecta el proceso de adaptación. Gino Curioso Maguiña, coordinador del Servicio Psicológico de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), asegura que una nueva prueba de orientación vocacional puede ayudar al estudiante a redescubrir sus habilidades y definir si desea continuar en esa carrera o cambiarla. “Hay que evaluar a fondo la formación previa que ha recibido”.