La primera visita al dentista debe ser cuando aparece el primer diente y cuando todas las piezas son visibles.
Con solo dos dientes en la boca y ni una muela, pero con gran determinación, Gabriel decidió no lavarse la boca nunca más. Era aburrido y punto. Convencerlo de lo contrario costó algunas canciones, cepillarse los dientes junto con él y hacer bromas con la espuma, pero se logró. Ha pasado el tiempo, ya tiene 9 años y, felizmente, ni una caries.
Ahora, lavarse los dientes es rutina. Puede que a veces no se cepille después del almuerzo, pero el lavado de la mañana y el de la noche son obligatorios. Sobre todo el de la noche.
“El cepillado de la noche es el más importante, porque mientras uno duerme no saliva y las bacterias que hay en la boca, producto de haber ingerido los alimentos, se reproducen cinco veces más que cuando uno está despierto”, comenta Julissa Rojas, odontopediatra de Dental House.
Lo ideal es cepillarse los dientes después de cada comida y después de comer dulces. En caso no sea posible, porque los niños están en la calle, entonces al menos enjuagarse la boca.
Una inadecuada higiene bucal y el uso de pasta dental con poco flúor condicionan la presencia de caries dental en el 85% de niños menores de 11 años, según la Dirección de Salud Bucal del Ministerio de Salud (Minsa).
¿CÓMO EMPEZAR?
Pero no hay necesidad de esperar que el niño tenga sus primeros dientes para iniciar la limpieza de su boca. “Antiguamente se frotaba la encía con una gasa, pero ahora hay cepillos especiales para niños de 0 a 2 años. Estos se usan junto con una pasta de entrenamiento, que no tiene flúor, hasta que el niño cumple 2 años”, manifiesta la odontopediatra María del Carmen Peña Alegre.
Y añade que la posición para el lavado es importante, la cabecita del niño debe pegarse al pecho de la madre y ella le debe levantar suavemente el labio para hacer la limpieza, con movimientos circulares del cepillo.
A partir de los 2 años ya se usa una pasta con flúor y el cepillado se realiza de arriba hacia abajo. También se pasa el cepillo por la lengua, con cuidado, ya que al niño le podría provocar arcadas.
Si tu hijo tiene problemas para sostener su cepillo, ya que el mango es muy delgado, ponlo dentro de una pelota de ping pong. O envuelve el mango en tela y cósela, para que su manito coja el cepillo con seguridad. Recuerda que a esta edad todavía no tienen afianzada su psicomotricidad.
Desde los 6 años o un poco antes, a los niños se les caen los dientes y comienzan a salir las piezas definitivas. Ya para esta etapa, “deben haber aprendido la técnica del cepillado para volverse independientes en esta tarea. El adulto solo supervisa que se realice bien y que dure, como mínimo, dos minutos. También es bueno que usen hilo dental, sobre todo los niños que tienen las piezas dentales juntas”, advierte la doctora Rojas.
LA PRIMERA VEZ
En cuanto a la primera visita al odontólogo, esta debe realizarse antes de que el niño cumpla su primer año. A partir de ahí, deben acudir al dentista dos veces al año. Pero los chicos que tienen caries con mayor frecuencia, necesitan ir cada tres meses.
Limpiarse los dientes es importantísimo. No solo ayuda a evitar caries, también a tener una buena nutrición, pues así los niños tienen sus dientes completos para masticar los alimentos. El cuidado bucal se aprende en la infancia y se mantiene toda la vida.
►TOMA NOTA
1. Flúor. La pasta dental fluorada debe tener de 1.000 a 1.500 ppm (partes por millón) de flúor en su composición. Es normal encontrar las adecuadas en farmacias y tiendas comerciales.
2. Pasta. Antes de los 3 años, se le pone una cantidad de pasta del tamaño de un grano de arroz. A partir de los 3 años, la cantidad de pasta dental es como una lenteja.
3. Cepillo. El tamaño del cabezal no debe ser muy grande y las cerdas deben ser suaves. El cepillo se cambia aproximadamente cada 2 a 4 meses.