En la década de los ochenta, un grupo de investigadores alemanes investigaban un formato digital de audio que permitiera reducir el tamaño de los archivos. En aquel tiempo un CD podía almacenar en promedio unas 10 o 12 canciones. Así, en 1993 nació el formato MP3, que revolucionaría la industria musical.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
A finales de abril, el Instituto Fraunhofer IIS, el centro de investigación que desarrolló el icónico formato de audio y que posee sus derechos, anunció que ya no tramitará más licencias de uso, según informó TICBeat. Con esto le pone fin a toda una etapa de hegemonía que duró desde los noventas hasta inicios de nuevo siglo.
Esto no quiere decir que el MP3 desaparecerá, por el contrario se seguirá usando. Sin embargo, ya no aparecerán nuevos reproductores, software con licencia para su uso, ni tampoco se lanzarán nuevos productos compatibles.
A pesar de su popularidad, los nuevos formatos dejan al clásico MP3 obsoleto. El ACC o el MPEG-H son más eficaces a la hora de comprimir audios sin pérdida de calidad. Por esta razón, la institución alemana dirigirá ahora su empeño a la investigación en estas nuevas tecnologías.
Cabe destacar que el formato MP3 reducía hasta 15 veces el peso de los archivos de audio. Con poco más de dos décadas el mítico formato de almacenamiento tuvo varios méritos, entre ellos se destaca realizar el salto de la música analógica a la digital, el declive de los formatos de almacenamientos físicos y la apertura para plataformas como Spotify.
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