El peritaje judicial sobre el fármaco Mediator presentado hoy por la Fiscalía de París atribuye entre 220 y 300 muertes a corto plazo y entre 1.300 y 1.800 a largo plazo a ese medicamento contra la diabetes.
El informe sostiene que tras detectarse los primeros casos, el laboratorio Servier que lo producía o las autoridades francesas de control deberían de haber suspendido su comercialización entre 1998 y 2003 por sus potentes propiedades anorexígenas.
Sin embargo, el medicamento, que incluía el inhibidor del apetito benfluorex, no fue suspendido hasta 2009, después de que se comercializaran en Francia unas 145 millones de cajas del fármaco, y no se retiró definitivamente del mercado hasta julio de 2010.
Un informe previo elaborado por investigadores del Instituto Nacional de Sanidad e Investigación Médica de Francia (Inserm) concluyó que el producto probablemente causó al menos 1.320 muertes en Francia entre 1976 y 2009.
Según datos de otro informe difundidos por el diario Le Monde en mayo de 2012 y desmentido por el laboratorio, la firma Servier conocía al menos desde los años noventa la toxicidad de ese medicamento.
Dicho informe interno presentó los resultados de un estudio de 1993 realizado por su filial británica con seis voluntarios, en los que se comprobó que entre los metabolitos que aparecían en el organismo al consumir el medicamento figuraba la norfenfluramina, una anfetamina de alta toxicidad.
Ese principio activo era el mismo que generaba la toma de otros dos productos de Servier (Ponderal e Isomeride) que fueron retirados del mercado en 1995 por sus efectos secundarios, al causar hipertensión arterial pulmonar, origen de insuficiencias cardíacas.
El pasado marzo, dentro de la instrucción del sumario que aún continúa, se imputó a la Agencia Francesa del Medicamento.
El escándalo sanitario llevó al Parlamento francés a adoptar un proyecto de ley para reforzar la seguridad sanitaria relacionada con los medicamentos y productos sanitarios.