“Hermoso, simple, funcional y duradero”. Así es el diseño de la próxima generación de trenes del metro de Londres, según el director de la agencia PriestmanGoode, encargada de visionar el futuro del icónico transporte de la capital británica.
Los 250 nuevos trenes por valor de US$4.000 millones poblarán las líneas Piccadilly, Bakerloo, Central y Waterloo & City a partir de 2022.
Esta comisión forma parte de un esperado plan de actualización para el metro más antiguo del mundo, que costará en total unos US$25.000 millones.
Algunos de los nuevos detalles ya son estándar en los sistemas de transporte más nuevos, pero en el metro de Londres, que cumplió 150 años en el 2013, serán toda una novedad.
Adiós al “Mind the Gap”
El nuevo diseño acabará con el famoso y peligroso “gap” o hueco entre el vagón y el andén, del que tanto adivierten los responsables del transporte en Londres.
La frase “Mind the gap”, en uso desde 1969, se ha convertido en un ícono más de la capital británica.
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Los nuevos trenes tendrán más vagones y más pequeños, de manera que el tren podrá acercarse más al andén. Los trenes serán también más accesibles, con más puertas que estarán al mismo nivel que el andén y más espacio para los usuarios en sillas de ruedas.
Los vagones conectados por dentro permiten la redistribución de los pasajeros una vez que el tren ya está en marcha, algo fundamental en hora punta.
Si bien los cambios en el diseño externo de los trenes son notables, con líneas más lisas, modernas y elegantes, por dentro, el estilo cambiará poco. Los asientos tapizados, por ejemplo, son un clásico del metro de Londres difícil de encontrar en otra parte del mundo.
Más pasajeros
El nuevo diseño también aumentará la capacidad de los trenes como mínimo en un 25%, según Mike Brown, el director del Metro de Londres, para ayudar a seguir el ritmo creciente de la ciudad.
En el caso de la línea Piccadilly, una de las más utilizadas, el aumento de la capacidad será dramático, del 60%, lo cual permitirá el transporte de 19.000 personas por hora. Los diseñadores estiman que los nuevos trenes durarán 40 años.
A principios del año que viene se abrirá formalmente la invitación a licitación pública, y el contrato para la construcción de los trenes se otorgará en el 2016. Seis años después debería empezar a circular por el primer tren por el subterráneo londinense.