Israel crea un polo de desarrollo tecnológico donde la ciberseguridad, innovación e inteligencia militar confluyan. Se trata del parque tecnológico CyberSpark de Beer Sheva.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Es un modesto recinto con solo dos edificios -un tercero en marcha- y escasas siete empresas establecidas a la espera de otras dos. Pero lo resaltante es que está destinado a ser, según muchos, el Silicon Valley israelí.
Hace exactamente dos años, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció su intención de crear CyberSpark, una visión tecnológica que constituiría “la primera plataforma de su tipo para la industria cibernética mundial”.
El objetivo era combinar en un mismo espacio empresas de reconocimiento internacional en este sector, investigación de vanguardia, cuerpos de seguridad, educación y capital humano orientado, con empresas gubernamentales como la Oficina Nacional de Ciber, que trabaja por la seguridad del ciberespacio israelí.
Hoy es una realidad anexa a la ciudad sureña de Beer Sheva, que quiere convertirla -como dijo Netanyahu- “no solo en la capital cibernética de Israel, sino en uno de los lugares más importantes del mundo en el campo de la seguridad” en el ciberespacio.
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“Esta zona tiene un gran potencial, es un entorno único que lo convertirá en un lugar líder”, explica Tom Ahi Dror, director del departamento de recursos humanos de la Oficina Nacional de Ciber.
Lo hace en la planta baja de uno de los dos funcionales edificios del parque, flanqueado por la Universidad Ben Gurión y las obras de lo que será en un futuro próximo uno de los mayores campus de inteligencia militar, las dos principales canteras de un complejo que ya emplea a más de 1.200 personas.
“La gente que se desarrolla profesionalmente en este sector pasará por aquí en algún momento de su carrera”, resume Ahi Dror.
En estos momentos, cuenta, “gran parte de la existencia humana está en esa plataforma virtual que es Internet. La vida personal, los negocios, etc. Si no es seguro, eres vulnerable. Y si eres vulnerable, puedes sufrir daños”, sintetiza el funcionario sobre la preocupación de un país volcado en la seguridad.
“Hay muchas compañías emergiendo en este ámbito y no van a desaparecer. Las queremos aquí y estamos creando el mejor ecosistema para ellos”, indica.
EMC2, IBM o Deutsche Telekom son socios en esta iniciativa donde la Oficina Nacional de Ciber tiene a su principal aliado en el Jerusalem Venture Partners (JVP), una “incubadora” con capital de riesgo y el mayor inversor en ciberseguridad de Israel.
En los últimos 20 años ha ayudado a levantar 120 empresas en el país, Europa, Asia y América, gracias al apoyo económico y técnico que aportan a empresas start-up.
Son empresas como SCADAfence, constituida hace apenas un año por exmilitares del ejército israelí y cuyo éxito se ha basado en su capacidad para detectar en tiempo real a la industria a través del ciberespacio.
Su caso es un claro ejemplo de lo que persigue CyberSpark: jóvenes emprendedores -tan jóvenes que uno de sus cofundadores, Yoni Shohet, rechaza decir su edad por el impacto que pueda causar en posibles inversores-, con experiencia adquirida y puesta en práctica a una edad muy temprana gracias a su paso por el ejército.
De hecho, la presencia de personal militar cualificado aumentará en la zona paulatinamente gracias al programado traslado de 35.000 soldados -incluidas las unidades de software y seguridad cibernética- de bases militares en el centro del país a las inmediaciones del parque tecnológico y de la región del Néguev, “en un esfuerzo nacional” por desarrollar la región.
Así lo explica la portavoz del Ministerio de Defensa Yonat Marten, que habla de las ventajas de crear este entorno “propicio al intercambio de ideas, de proyectos, etc”, y que quiere cambiar el aspecto de la región al tratar de atraer a los militares para que una vez terminado el servicio obligatorio -tres años para chicos y dos para chicas- se queden a trabajar en la zona.
“El ejército es quizá la mayor organización de Israel con el mayor proceso de selección (de recursos humanos). Tenemos la oportunidad de sacar lo mejor para el sector y crear un sistema eficiente y moderno”, señala Ahi Dror, que tiene muy claro por qué su país capta la atención internacional como referente en el sector y en el mundo de la innovación en general.
“Hay algo bueno en la cultura israelí para crear innovación y es que, para nosotros, es bueno cometer errores. Es bueno aventurarse en algo aunque luego falle”, dice, porque todo forma parte de un proceso de aprendizaje que puede ser el inicio de un nuevo caso de éxito.
Fuente: EFE