Argentina, La Nación/GDA
Apasionados del conocimiento compartido, adeptos de la economía colaborativa, unos 80.000 editores voluntarios actualizan en permanencia los 36 millones de artículos en 280 lenguas de Wikipedia. Tienen entre 16 y 66 años de edad y dedican parte de su tiempo libre a escribir artículos sobre los temas más diversos, corregir faltas y eliminar insultos. En 15 años, el sueño de un saber creado por todos y disponible gratis se convirtió en realidad.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Desde el 2005, la conferencia Wikimanía reúne cada año en algún lugar del mundo a estudiosos y colaboradores de Wikipedia. La última se organizó en la capital mexicana, en julio pasado. Los wikipedistas, que redactan benévolamente la enciclopedia, se reúnen regularmente para divulgar su misión.
“Bloqueo a dos más y estoy con usted”. “L”, una mujer de una cuarentena de años, termina en París su patrulla diaria en Wikipedia para frenar a quienes se dedican a introducir insultos en la enciclopedia global.
Cualquiera puede cambiar lo que sea en la enciclopedia, siempre y cuando la información tenga fuente (libros o artículos), y todos participan en la búsqueda de errores. Y funciona, pues el sitio se convirtió en reflejo de los usuarios y recibe unos 18 millones de consultas al mes como media.
Una utopía en acción
El contribuyente típico es un hombre -más del 80% de los casos- de unos treinta años, blanco y con estudios superiores. Tal es el caso de “CMI”, autor de artículos sobre Polonia en el siglo XX, tema que lo apasiona.
“Comencé a causa de una falta de ortografía, como la mayoría. Después que uno entra ya es demasiado tarde”, bromea ante la agencia AFP este joven con barba, orgulloso de participar en lo que considera una “utopía en acción”.
“Para comenzar, no es necesario crear cuenta ni seudónimo: solo aparece la dirección IP (dirección del servidor de Internet que no necesariamente identifica a los particulares). Me dedicaba a corregir faltas, cinco minutos de vez en cuando. Me volví contribuyente identificado (con cuenta y seudónimo) en el 2013”, explica.
CMI se lanzó entonces a la redacción de un artículo sobre un proyecto nazi en un pueblo polaco, un episodio histórico poco conocido sobre el que tenía escrito un libro poco difundido. “Escribir un artículo es una gran satisfacción”, afirma. “Uno pasa a ser un individuo dentro de un colectivo, al servicio de un todo”, añade. Hoy ya es autor de unos 70 artículos.
Salir del anonimato del IP significa pasar al estado superior. Porque los IP son a menudo sinónimo de vandalismo. “L”, que no quiere revelar su nombre ni su seudónimo, dedica entre cinco y seis horas por día a cazar mensajes de odio, comentarios parciales o escatológicos. Un programa automático elimina el 98% de las groserías, pero solo un ser humano tiene la facultad de adoptar sanciones: el autor -su IP para ser más exactos- quedará bloqueado, por lo general durante tres días.
Vandalismo y castigo
Si la iniciativa parte de una escuela o de un ministerio, toda la institución en su conjunto queda bloqueada, cosa que acaba de ocurrirle por ejemplo al ministerio del Interior francés, excepcionalmente excluido por un año.
“0x01OC”, de 21 años, comenzó por agregar una foto a un artículo. Desde entonces contribuye a las páginas sobre “Doctor Who” y participa en patrullas de mantenimiento gracias a un programa que muestra todas las modificaciones en tiempo real.
En Wikipedia, todo deja rastros. Se pueden ver las versiones sucesivas de cada artículo y el internauta que lo modificó. Los wikipedistas programan alertas sobre los temas que les interesan: la biografía de una estrella por ejemplo, será muy vigilada -en caso de alguna noticia importante, compiten para actualizarla-, aunque temas más particulares permanecen mucho tiempo sin cambios.
Las intervenciones mayores, como la supresión de una página, se someten a votación: “si abro una página sobre mi gatito, será rápidamente suprimida”, explica “CMI”. Cuando una página genera mucha polémica, se filtran las modificaciones.
Luego de 500 contribuciones y 90 días de inscripción, la persona se convierte en contribuyente “verificado”, y puede participar en la vida de la comunidad como las votaciones sobre la eliminación de páginas. Fuera de ese estatuto, los wikipedistas se reivindican igualitarios y sin jerarquías.
Wikimedia se financia a través de donaciones. “Si el nuestro fuese un proyecto privado, costaría miles de millones y habría que privilegiar ciertos temas más consultados. Aquí cada cual escribe sobre lo que le parece”, resume Nathalie Martin, directora de Wikimedia en Francia. “Como los contribuyentes escriben sobre los temas a los que son afines, intentamos diversificarlos”, agrega.
Los docentes y los alumnos
Los wikipedistas solo lamentan una sola cosa: las críticas sobre la fiabilidad de los artículos, muy difíciles de evaluar. “Hay docentes que dicen a sus alumnos que Wikipedia no es fiable (...) e introducen incluso errores para poner a prueba el tiempo de corrección. Es como prender fuego a su casa para ver cuánto tardan en llegar los bomberos”, deplora “L”.
Pero “las cosas han cambiado en estos años y ahora incluso existe una minoría creciente de profesores que, en lugar de hacer caso omiso del uso intensivo que sí hacen los alumnos de Wikipedia, la empiezan a utilizar ellos como una herramienta para hacer actividades docentes en las aulas”. Lo comenta a EFE el doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona Eduard Aibar, que también es miembro del grupo de investigación sobre Administración y Democracia Electrónica.
Para comprobar qué pensaban los docentes universitarios de Wikipedia, qué uso hacían y si la consultaban como un recurso más dentro de las asignaturas, hace tres años un grupo de investigadores, entre ellos Aibar, llevaron a cabo una encuesta entre 3000 docentes. Concluyeron que, contrariamente a lo que se pensaba, los profesores son usuarios “muy frecuentes” de Wikipedia, “casi tanto como los estudiantes”.
Por otra parte, los profesores que también intentan que los estudiantes de su asignatura “mejoren Wikipedia” o “creen artículos del ámbito temático” dentro de ella consiguen estimular en clase a los universitarios, argumenta.
Participando en los contenidos de Wikipedia “los alumnos comprueban que sus trabajos, en lugar de verse solo en clase o de quedarse en el disco duro de una computadora, son útiles para millones de personas”, afirma este experto, quien añade: “ven que están haciendo un trabajo en el mundo real”.
Además, hacer escribir a los universitarios artículos enciclopédicos en Wikipedia les ayuda a una serie de competencias básicas como “la capacidad de síntesis, de informarse bien antes de escribir, de consultar muchas fuentes de información y de aprender a explicarse para un público general”.
Coautor de la “Guía de Buenas Prácticas para el uso docente de Wikipedia en la Universidad” (2015), Aibar propone a los profesores ejemplos de actividades con sus alumnos, desde corregir posibles errores que detecten en los artículos como fechas a incluir material audiovisual como fotos y vídeos. Eduard Aibar insiste en aconsejar a los docentes universitarios que no miren Wikipedia “con desconfianza”. Al contrario, deben intentar utilizarla “para sus objetivos docentes” y realizar actividades para que los estudiantes “mejoren las entradas en Wikipedia del ámbito de su asignatura”, concluye.