Portland, Maine. (AP): La población del gran tiburón blanco está aumentando en los mares del este de Estados Unidos y Canadá tras décadas de cifras en declive, según un reporte que los científicos están calificando como uno de los estudios más exhaustivos sobre este animal.
El estudio realizado por científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el cual fue publicado este mes en la revista PLOS ONE, indicó que la población de este pez sumamente elusivo ha aumentado desde aproximadamente el 2000 en el oeste del Océano Atlántico Norte.
FRENO A LA CAZA
Los científicos encargados del estudio atribuyen el resurgimiento de la especie a esfuerzos de conservación, como una ley federal estadounidense de 1997 que prohibió la caza del gran tiburón blanco, y a una mayor cantidad de presas disponibles. La especie está registrada como vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
“La especie parece estar recuperándose”, dijo Cami McCandless, uno de los autores del estudio. “Esto nos indica que las herramientas administrativas parecen estar funcionando”.
El gran tiburón blanco debe gran parte de su temible reputación a la película “Jaws”, la cual este viernes cumple 39 años de haber sido estrenada. Pero las confrontaciones con humanos son inusuales: sólo se han registrado 106 ataques no provocados en aguas de Estados Unidos desde 1916, siendo 13 de ellos fatales, según cifras proporcionadas por la Universidad de Florida.
SU IMPORTANCIA BIOLÓGICA
Ellos son, sin embargo, ecológicamente cruciales. Son superdepredadores —aquellos que se encuentran en la cima de la cadena alimenticia— y ayudan a controlar la población de otras especies. Entre ésta se incluye la foca gris, cuyas crecientes colonias en la costa de Massachusetts le han proporcionado alimento.
“Existe un patrón general donde los tiburones blancos son protegidos: parecen estar recuperándose”, dijo Tobey H. Curtis, uno de los autores del estudio del Océano Atlántico.
La naturaleza elusiva de los tiburones blancos y la falta de cifras históricas sobre sus niveles de población requirió que los autores del estudio dependieran del avistamiento de tiburones, a diferencia de otros métodos para contabilizar vida marina, como escrutinios a la pesca comercial y el recuento de censos, señaló Curtis.