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Investigadores rusos aseguran que el cerebro de una pequeña mamut que vivió hace casi 40.000 años, encontrada en Siberia, y el de los elefantes africanos “son idénticos”, lo que abriría el camino para su futura clonación.
“El cerebro de Yuka (la mamut) se conservó muy bien, lo que permitió compararla con el de un elefante africano”, dijo Albert Protopopov, experto en mamuts de la Academia de Ciencias de Yakutia (Siberia), a la agencia Interfax.
El paleontólogo ruso explicó que su departamento recibió tres cerebros de elefante africano de Sudáfrica, lo que le permitió “hacer una comparación que nunca había sido hecha anteriormente en el mundo”. “Realizamos una tomografía y comprendimos que son idénticos. Esto explica que la evolución del cerebro es muy conservadora y está sujeta a pocos cambios”, dijo.
Reconoció que, aunque la mamut se encuentra en un magnífico estado de conservación, su cerebro perdió parte de su masa y en algunas partes ha resultado distorsionado debido a su momificación. En todo caso, aseguró que “se demuestra que es correcto el enfoque de los paleontólogos de reconstruir la actitud y las reacciones de los mamuts sobre la base del comportamiento de los elefantes”.
“Hasta ahora, eso era solo una suposición. Por ejemplo, se puede sacar la conclusión de que esos animales eran gregarios y también que estaban regidos por un matriarcado”, destacó.
Yuka, cuyo cerebro pesa unos 4.300 gramos, fue encontrada congelada en 2010 cerca del mar de Laptev, donde habría muerto hace casi 40.000 años a los 6-8 años de edad. Nunca antes en la historia se había encontrado un mamut en tan buen estado y con todas las extremidades, el cuerpo, la trompa, la cola e incluso el color del pelaje.
La escasa diferencia evolutiva entre el mamut y el elefante es crucial para su clonación, algo que científicos surcoreanos y japoneses esperar lograr en los próximos años.
En su momento, científicos japoneses encontraron restos de tejidos no dañados en Yuka que podrían servir para reproducir células de la pequeña mamut de cara a clonar este animal tras fecundar un óvulo de elefante.
El camino más corto para la futura clonación del animal prehistórico sería encontrar una célula de mamut con su núcleo intacto para que los científicos puedan calcular la secuencia completa del ADN del animal. Si no se logra decodificar su información genética, entrarían en escena los parientes lejanos de los mamuts, los elefantes, ya que el genoma de ambas especies es similar.
En ese caso, los científicos podrían crear una célula artificial a partir de un paquidermo moderno, algo que algunos expertos consideran una irrealizable.
El Instituto Roslin, que clonó a la oveja Dolly, alberga serias dudas al respecto, ya que estima en un 1% la probabilidad de éxito de la clonación de especies vivas.
Fuente: EFE