Desde que apareció en televisión el impecable césped del estadio de Wembley en el Mundial de 1966, las canchas inglesas siempre han parecido enormes alfombras verdes donde se juega fútbol. Ahora no parecen: ahora son como tapetes. Y se están exportando.
Cuando se inauguró el Mundial de Brasil, entre sus novedades tecnológicas no solo estaba la espuma “mágica” para marcar los tiros libres oo el “goal line” que permite saber si el balón cruzó la línea de gol o no.
En el Arena Corinthians, el escenario donde se jugó el partido inicial del Mundial, se utilizó por segunda vez en una Copa del Mundo -la primera fue en Sudáfrica- la hierba que ahora crece en la mayoría de las canchas donde se juega la Premier League en Reino Unido: el césped híbrido.
Por eso, según algunos expertos, le dará una ligerísima ventaja a los ingleses en su próximo encuentro con Uruguay. Pero esa es otra historia.
Compuesto por 96% de material natural y un 4% del mismo plástico con que se hacen las canchas sintéticas en el mundo –y muchos tapetes-, esta grama es una revolución para el juego.
Su origen se remonta a mediados de los años 90, cuando en la ciudad británica de Huddersfield, ubicada en el corazón de la isla, necesitaban un campo lo suficientemente fuerte para resistir los partidos de fútbol y rugby a la vez. Fue allí que comenzó a utilizarse lo que se conoce como la “tercera vía” de los céspedes en el mundo.
Su gran debut global fue hace cuatro años, cuando dos campos en el Mundial de Sudáfrica utilizaron la tecnología híbrida por primera vez en la historia del mayor torneo internacional de este deporte.
Tejiendo la grama
No se trata de sembrar y cortar. Es un poco más tejer el plástico con la hierba. Como un abrigo. Desde el pasado mes de noviembre, dos máquinas de inyección (similares a las que se utilizan para hacer alfombras) y controladas por computador trabajaron con bastante rigor alrededor del Arena Corinthians.
Estas máquinas se encargaron de enterrar 20 millones de fibras plásticas en el campo de juego.
El proceso consiste en que las máquinas recorren el campo de juego. Cada dos centímetros avanzan y “entierran” fibras de plástico de 18 centímetros de largo. Mediante un complejo proceso, las fibras logran adherirse a la hierba que ya estaba sembrada en la cancha.
“Este tipo de campos los llamamos 'campos de densidad especial'”, dijo a la BBC David Saltman, vocero de Desso Pitchcare, la empresa responsable de varios terrenos donde se juega la Premier League. Poco a poco, con el curso de los días, el césped híbrido va saliendo a la superficie.
Campo perfecto
La historia de éxito del césped híbrido es el resultado de los fracasos de las canchas exclusivamente sintéticas para jugar a nivel profesional. A mediados de los 80 muchos clubes en Reino Unido intentaron remodelar sus campos jubilando a la grama natural e incorporando la grama de plástico.
Sin embargo, debido a la dureza del material, muchos jugadores resultaron lesionados y con grandes heridas en sus piernas, pero sobre todo ofrecía una injusta ventaja a los equipos que entrenaban en ellos. Entonces llegó la reconstrucción de Wembley en el 2010 y la imposibilidad de mantener en buen estado el campo de juego durante la remodelación.
Sin embargo, por el peso de la historia, había que ofrecer una cancha sostenible, pero que a la vez se sintiera que se jugaba en un césped natural. Entonces decidieron incorporar el césped híbrido. Y si lo hacía el mayor escenario del fútbol en el país, los demás clubes no tardaron en seguirlo.
Actualmente dos tercios de los equipos de la Premier League tienen sus canchas con césped híbrido. “Muchos jugadores dicen que estos campos son un poco más duros”, dijo Saltman.
Y añade que “técnicos como Arsene Wenger los prefieren así, porque le permite planear mejor sus partidos”.
La mitad de las canchas
Uno de los principales retos para empresas como Desso Pitchcare fue tener listos los campos de acuerdo a las normas de la FIFA.
Pero el clima y la idea de hacerlo a la “antigua” se impuso y por eso la mitad de los campos donde se está desarrollando el Mundial tienen césped sin mezclas.
Por ejemplo, el Maracaná, donde se jugará la final el próximo 13 de julio, solo tiene grama natural.
Otra de las razones por las que no todos los campos son híbridos fueron los costos, que comenzaron a ser mucho más controlados después de las protestas que se realizaron en el último año en las calles de Brasil. Y en uno de esos seis estadios es dónde jugarán Uruguay e Inglaterra este jueves.
Inglaterra vs. Uruguay
Después de su derrota frente a Italia en la primera jornada del grupo D, la selección inglesa deberá salir a ganar frente al onceno uruguayo cuando se enfrenten este jueves en Sao Paulo.
Y la grama híbrida del Arena Corinthians, que es muy similar a la mayoría de las canchas de Reino Unido, podría ayudarlo. Aunque sea un poco. “Tal vez le podría ofrecer un 0,001% de diferencia”, dijo Saltman.
“Pero por eso los técnicos se preocupan, porque algunas veces pueden ganar partidos por ese factor. Muchas veces me preguntan 'Y ¿cómo está el campo hoy? y a partir de lo que les decimos, sugieren algunas estrategias para sus jugadores”.