Beijing (EFE). Guangzhou es una de las ciudades de China donde se concentra una de las mayores comunidades inmigrantes africanas del país. Por tal motivo se ha puesto en práctica medidas de precaución para frenar un potencial brote de ébola, que mantiene en alerta máxima a países de África occidental.
Según informó hoy el diario oficial “China Daily”, el aeropuerto Internacional Baiyun de la ciudad sureña, ha instalado termómetros corporales para controlar la temperatura de todos los pasajeros, y, si ésta supera los 37,5 grados, someterlos a un análisis de sangre para detectar el virus.
Más de mil personas procedentes de África llegan a ese aeropuerto cada día, según señala Chen Yanling, funcionario de Baiyun.
“Hemos desplegado más personal en varias ubicaciones. Tenemos un fuerte control de seguimiento para quienes puedan tener fiebre. Ya hemos aislado a personas que registraban altas temperaturas, pero hasta ahora ninguna ha dado positivo en el test de ébola”, asegura.
La comunidad internacional ya empieza a contemplar la extensión del ébola como un peligro real, y los centros de control y prevención de enfermedades estadounidenses emitieron ayer una alerta en la que instan a sus ciudadanos evitar viajar a la zona de África Occidental.
Se espera que la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, se reúna hoy en Guinea con los presidentes de algunos países de la zona para anunciar un plan de acción que podría contar con 100 millones de dólares de presupuesto.