Nairobi. (EFE). El análisis de ADN será “clave” para identificar los restos de Miguel de Cervantes, a quien buscan unos investigadores españoles en Madrid, según el presidente del reputado Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Luis Fondebrider.
“La mayor dificultad de este tipo de casos históricos de muchos años es la condición en que se hallen los huesos de los posibles esqueletos”, comenta Fondebrider en una entrevista en la Universidad de Nairobi, donde ha impartido esta semana un seminario.
Un grupo de expertos españoles -encabezado por el georradista Luis Avial, el historiador Fernando de Prado y el forense Francisco Etxeberría- intenta localizar el cadáver del autor de “Don Quijote de La Mancha” en la madrileña Iglesia de las Trinitarias, donde el universal escritor fue sepultado en 1616 por deseo suyo.
RECUPERAR MATERIAL GENÉTICO
Los investigadores han detectado en el templo cinco zonas con restos óseos en las que pueden reposar los huesos del famoso novelista, poeta, dramaturgo y soldado español nacido en 1547.
En estos casos, “donde no se puede hacer una identificación clásica, donde no hay una ficha deontológica con la que comparar o no hay huellas dactilares porque ha pasado tanto tiempo, la genética va a cumplir un rol fundamental”, subraya el experto argentino.
A su juicio, “el punto más importante va a ser, por un lado, que se puedan recuperar los materiales genéticos de estos restos. Y, por otra parte, lo que es clave es tener un familiar biológico que descienda de Cervantes”.
EL TIEMPO AFECTA EL ADN
No obstante, puntualiza, “si se quiere hacer una identificación positiva y completa con los restos, no basándose solamente en ropa u otros elementos, va a ser clave la posibilidad de que se pueda recuperar material (genético) de algún familiar”.
Según el jefe del EAAF, una organización no gubernamental creada en 1984 para localizar a desaparecidos en la dictadura militar de Argentina (1976-1983), el caso de Cervantes resulta “complejo desde el punto de vista técnico, porque el ADN se degrada con el paso del tiempo debido al ambiente y a las condiciones de la tierra”.
SEÑAS PARTICULARES
“En este caso -señala-, están buscando el de un hombre. Se puede determinar la edad aproximadamente conociendo el esqueleto, si tenía alguna enfermedad que se viera en los huesos, si tenía lesiones que se sabe que tuvo en vida Cervantes”.
Bien sabido es que el escritor encajó dos arcabuzazos en el pecho y otro en la mano izquierda durante la Batalla de Lepanto (1571), que él mismo describió como “la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros”.
“Si el esqueleto está bien conservado”, apunta Fondebrider, las posibles secuelas de esas heridas en los huesos del literato darán pistas sobre qué osamenta “puede corresponder a Cervantes” y acotarán “un número de candidatos entre los posibles”.