Australia, (DPA). La XX Conferencia Mundial del Sida terminó hoy en Melbourne, Australia, con un llamado a acabar con la discriminación y la criminalización de las prácticas sexuales que pueden obstaculizar los avances logrados en la lucha contra la enfermedad.
“Que nadie se quede atrás”, se pide en la declaración, firmada por más de 3.800 personas y numerosas organizaciones. Esta destaca la situación de más de 80 países donde los seres humanos son castigados por su orientación o sus prácticas sexuales, sobre todo los homosexuales, trabajadores del sexo, los drogadictos y los transexuales.
Incluso en países con una mayor protección de los derechos, como Alemania, hay muchas dificultades, dijo Carsten Schatz, miembro de la organización Aids-Hilfe (Ayuda contra el Sida). Por ejemplo, los adictos no reciben a menudo sustancias sustitutivas de la heroína como la metadona cuando son detenidos. Casi el 80 por ciento de los infectados con VIH señalaron en una encuesta de Aids-Hilfe que se habían sentido discriminados en los 12 últimos meses, desde comentarios desagradables y dentistas que se negaron a atenderlos a acoso laboral y violencia física.
Entre los principales resultados de la conferencia estuvo un estudio danés en el que, mediante el uso de un medicamento contra el cáncer, se consiguió hacer salir al virus de las células en los que estaba “durmiente”, para poder destruirlo. Por primera vez se logró no sólo en el laboratorio sino en personas infectadas. El siguiente desafío es estimular al sistema inmunitario de tal modo que acabe con el virus.
La organización de la ONU de lucha contra el sida, ONUSIDA, presentó su proyecto 90-90-90 para eliminar la epidemia hasta 2030. Para ello, hasta 2020 el 90 % de los infectados tiene que conocer su condición, recibir tratamiento y haber conseguido volver indetectable el virus en su sangre gracias a las terapias.
La próxima Conferencia Mundial de Sida será en 2016 en Durban, Sudáfrica. La presidenta de la cita, Olive Shisana, prometió hacer esfuerzos hasta entonces para acabar con la discriminación en África. “Todas las personas tienen derecho al mismo respeto”, subrayó.