¿Te imaginas una casa construida solamente de bambú? En el norte del Perú y la costa de Ecuador miles de personas ya se benefician con estas viviendas que, además, se adaptan al cambio climático. La construcción de estas casas en base a bambúl, material que permite regular los caudales de agua y reducir los Gases de Efecto Invernadero (GEI), es impulsado por la Unión Europea (UE).
Con esta iniciativa se busca que los habitantes de comunidades rurales en las regiones Tumbes, Piura, Lambayeque, Cajamarca y Amazonas y cinco provincias de Ecuador aprendan a usar esta planta para construir sus hogares. Hasta la fecha se han beneficiado más de 5 mil personas (30% mujeres) de ambos países.
En Ecuador y Perú se han construido al menos 18 viviendas demostrativas, 6 paraderos de bus y 12 aulas escolares, además se ha incluido la propuesta técnica de viviendas de bambú en varias iniciativas de construcción.
“El Guayaquil (bambú) nos ha dado la oportunidad de mejorar nuestra economía. Es nativo, resistente, no tiene plagas, no necesita químicos y crece rápido. Con el proyecto aprendimos más para poder usarlo mejor. Con la capacitación recibida, he podido construir mi propia poza para preservar cañas”, comenta Gary García Roán, miembro de la Asociación de Productores Agropecuarios de Yamango (Piura).
Las comunidades que utilizan el bambú se benefician con la capacidad de resistencia de la planta y de su habilidad para recuperarse rápidamente de fenómenos climáticos extremos, sostiene Álvaro Cabrera, coordinador de la Red Internacional de Bambú y Ratán para América Latina y el Caribe (INBAR, por sus siglas en inglés).
“El bambú brinda medios de subsistencia a comunidades vulnerables al cambio climático, que multiplican sus opciones incorporando a su sistema productivo una especie agrícola que tiene aplicaciones maderables”, asegura el especialista.
El proyecto también ha permitido que en las zonas donde tradicionalmente se producía café, cacao, maíz, arroz y plátano, se opte ahora por conocer todos los beneficios del bambú. Además, se ha aumentado de capacidad de manejo, aprovechamiento y construcción del esta planta.
El recurso de los mil usos
El bambú es conocido a nivel mundial y sus usos están relacionados con la alimentación (brotes de bambú), la industria de pisos y tableros, carbón vegetal y activado, textiles, muebles, productos utilitarios (bandejas, platos, canastas), productos cosméticos y de limpieza (detergentes, champú, jabón, perfume), cerveza, vinagre e infraestructura productiva (invernaderos, bodegas, secaderos, jaulas, etc.).
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En estos países andinos, el bambú es un recurso forestal nativo. Ha sido utilizado desde hace muchos años para proteger las riberas de los ríos y cuidar las pendientes de la erosión y los deslizamientos.
“El bambú ha existido desde hace muchos años y lo usaban nuestros abuelos para construir casas y defensas ribereñas. Cuando empezamos a venderlo se cosechaban solo cañas verdes para que las lleven a la costa. Con el proyecto aprendimos a usarlo y valorarlo de nuevo”, indica Lili Leyva Alvites, presidenta de la Asociación de Agricultores de Producción Orgánica (ASPRO) en Cajamarca, Perú.
Fuente: Conexión COP