El Mercurio/GDA
CALIFORNIA. La expectación generada en setiembre pasado debido a un extraño fenómeno observado alrededor de la estrella KIC 8462852 sufrió un fuerte golpe con los datos entregados por el SETI Institute. Nuevas observaciones de la entidad descartan hasta ahora la presencia de una megaestructura alienígena alrededor de dicha estrella, ubicada a 1.480 años luz de la Tierra.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Antes hay que retroceder un poco. En setiembre pasado, un grupo de científicos liderados por Tabatha Boyajian publicó un estudio sobre las observaciones del telescopio espacial Kepler (una misión dedicada a la búsqueda de exoplanetas) a la estrella KIC 8462852, también conocida como la “Estrella de Tabby”. Usualmente los exoplanetas se descubren notando una disminución de la luz emitida por una estrella durante su observación, ya que el planeta pasa entre esta y el telescopio.
Según indicó Discovery, normalmente esta disminución de la luz corresponde a un porcentaje menor, pero en KIC 82462852 se encontraron disminuciones de un 15% y hasta un 22%. Si bien en el estudio no se hace mención a vida extraterrestre, el astrónomo Jason Wright indicó en una entrevista a The Atlantic que aquella variación de luz podría deberse a una megaestructura alienígena. Esta declaración generó expectativa y titulares alrededor del mundo. Publicaciones posteriores detallaron la idea, asegurando que se trataría de una 'esfera de Dyson', una hipotética instalación de gran tamaño que orbita una estrella para captar su energía.
Pero los datos obtenidos por el SETI Institute descartan esta teoría. Durante dos semanas, la entidad dedicó el Allen Telescope Array a buscar “causas deliberadas para la conducta inusual de KIC 8462852”.
Específicamente, el telescopio buscó señales que podían estar pensadas para llamar la atención de otra civilización o que hayan sido generadas por una nave que forme parte de esta megaestructura. Los resultados no muestran evidencia de las señales en las frecuencias buscadas (de 1 a 10 GHz).
En su comunicado, el SETI Institute dice que “cualquier sociedad avanzada capaz de construir una red Dyson tendría acceso a energía a un nivel que se aproxima a 1027 watts. Incluso, los transmisores omnidireccionales serían detectables si solo un porcentaje pequeño de su energía fuera usado para señalizar”.
“La historia de la astronomía nos dice que cada vez que pensamos que hemos encontrado un fenómeno que se debe a las actividades de extraterrestres, hemos estado equivocados. Pero aunque es muy probable que el extraño comportamiento de esta estrella se deba a la naturaleza y no a alienígenas, es prudente revisar estas cosas”, indicó Seth Shostak, astrónomo de SETI.
Lo que no hace SETI es entregar teorías sobre el origen natural del fenómeno, aunque desde la publicación del estudio hace algunas semanas se maneja la opción de que la disminución de la luz se deba al paso de una serie de cometas, desprendidos de una hipotética nube de Oort en la parte exterior de ese sistema solar, tal como la que hay fuera del nuestro.