Con el paso del tiempo, los días en la Tierra se están haciendo más largos. Pero si eres de los que quisieran que el día durara más horas, puede que esto te desilusione. Y es que estamos hablando de apenas unos milisegundos; 1,8 milisegundos, para ser exactos.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Lamentamos decirte que para ganar un minuto más al día tendrías que esperar 3,3 millones de años.
En un estudio publicado esta semana en la revista especializada “Proceedings of the Royal Society”, los astrónomos determinaron que los días en la antigua Babilonia eran más cortos. Y esto se debe, entre otros factores, a la influencia que la Luna tiene en la rotación de la Tierra.
Leslie Morrison, jefa del estudio y astrónoma jubilada de Observatorio Real de Greenwich (Reino Unido), investigó con su equipo las teorías gravitacionales sobre el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, y de la Luna alrededor de la Tierra.
Los expertos se dieron cuenta de que en el pasado los babilonios, griegos, chinos, árabes y europeos medievales observaron eclipses lunares y solares en momentos y lugares que no coinciden con los de la actualidad.
-El gran impacto-
Según los expertos, que los eclipses de antes y los de ahora no coincidan “deja patente que la rotación de la Tierra ha ido variando desde el año 720 antes de Cristo, cuando las civilizaciones ancestrales empezaron a registrar los eclipses”.
Y entre los factores que influyen en la rotación de la Tierra está el efecto de frenado de la Luna, se lee en el estudio.
De acuerdo con la teoría del gran impacto, la más aceptada sobre la formación de la Luna, un cuerpo celeste del tamaño de Marte colisionó con la Tierra cuando esta era muy joven (hace más de 4.000 millones de años) y expulsó el material de lo que hoy está hecha la Luna.
Esto, además, hizo que nuestro planeta pasara de tener una rotación de 6 horas a tener una de 24 horas.
Pero el gradiente gravitatorio de la Tierra y la Luna -que una esté sometida a la gravedad de la otra- y las fuerzas electromagnéticas hacen que la rotación se vaya ralentizando, según el trabajo de Morrison.
Por esto, cada cierto tiempo los relojes atómicos se tienen que ajustar, para mantenerse en sintonía con la rotación de la Tierra.
Y este año, si el 2016 no pareció ya lo suficientemente largo, habrá que esperar todo un segundo más para recibir el 2017.
Así que no hay excusas para no tener bien claros los propósitos para el año nuevo, porque la Tierra y la Luna te regalan 1.000 milisegundos más.