Washington (EFE)
Un equipo internacional de científicos ha descubierto que el Spinosaurus aegyptiacus, un depredador mayor que el Tiranosaurio Rex, sabía nadar.
El análisis digitalizado de huesos fósiles de esta especie reveló que tuvo una serie de “adaptaciones únicas” que le permitieron no solo desenvolverse en el entorno terrestre, sino también en el acuático, como publicó hoy el equipo liderado por el paleontólogo Nizar Ibrahim de la Universidad de Chicago, en la revista Science.
Con más de 15 metros de largo, unas extremidades relativamente pequeñas para sus dimensiones, una mandíbula estrecha y alargada con dientes afilados, el Spinosaurus aegyptiacus ha resultado ser el primer dinosaurio de su especie capaz de vivir y cazar en el agua.
El Spinosaurus aegyptiacus podía retraer sus fosas nasales a una posición encima de la cabeza para facilitar la respiración cuando estaba parcialmente sumergido y tenía unas patas planas, posiblemente palmeadas, con las que creen que se ayudaba a propulsarse en el agua.
Contaba con unas aberturas neurovasculares en el extremo del hocico, similares a los que tienen los cocodrilos, con receptores de presión que les permiten detectar el movimiento en el agua, y la estructura de su cola le permitía doblarla para hacer una ola, parecida a las que ayudan a impulsarse a algunos peces. Además, el dinosaurio tenía unos huesos particularmente densos, sin las cavidades de la médula típicas de los depredadores, asemejándolos más a otros animales acuáticos.
El Spinosaurus aegyptiacus fue descubierto a principios del siglo XX en el desierto del Sahara, en Egipto, pero el estudio de su morfología no pudo completarse puesto que los restos fueron destruidos en un bombardeo durante la II Guerra Mundial. Sin embargo, el hallazgo en el 2008 de una serie de fósiles mucho más completos, encontrados en Marruecos, ha permitido volver a estudiar esta especie con más elementos y descubrir su verdadera identidad.