Decir “gracias” es innecesario en muchas culturas cuando se realiza una tarea simple debido a que la ayuda que se presta está vinculada a un deseo no hablado de cooperación, según un estudio publicado hoy.
“Algunos pueden interpretarlo como una crisis de grosería, que somos educados en público, pero no tenemos modales en casa, pero están equivocados”, dijo el líder de la investigación, Nick Enfield, de la Universidad de Sídney.
“Por el contrario, esto demuestra que los humanos tienen un entendimiento no verbal de que cooperaremos con el otro”, añadió.
La investigación se basó en el análisis de un millar de ejemplos de conversaciones cotidianas entre amigos, familiares y vecinos en ocho lenguas, entre ellas el Cha'palaa, hablada por indígenas Chachila de la provincia ecuatoriana de Esmeraldas.
Las otras interacciones analizadas fueron en inglés británico, italiano, laosiano, murrinh-patha (lengua indígena del norte de Australia), polaco, ruso y siwu, que se habla en Ghana, según un comunicado de la universidad.
Los investigadores detectaron un “gracias” por cada cincuenta casos estudiados, en los que el menor nivel de expresión de gratitud verbal se registró en los casos de los indígenas ecuatorianos y el de mayor entre los de habla inglesa e italiana.
El estudio determinó que las personas normalmente piensan en las normas sociales de gratitud en contextos de interacción formal en los que es necesario decir “por favor” y “gracias”.
Según Enfield, en la vida cotidiana es natural pedir ayuda y retribuir más allá de las palabras.
“Nuestra investigación da cuenta de una suposición generalizada que indica que el decir 'gracias' no es necesario en los contextos cotidianos de nuestra vida”, dijo el lingüista.
“En nuestras casas y pueblos, donde nuestras interacciones parecerían importar más, encontramos que la gente prescinde de estas sutilezas casi por completo”, añadió.
El estudio fue publicado en la revista Royal Society Open Science y forma parte de una investigación sobre el lenguaje y las interacciones sociales.
En 2015, Enfield y su equipo de etnolingüistas ganaron el Premio Ig, que otorga la revista de humor científico “Anales de la Investigación Improbable”, por su estudio de la expresión “eh” de duda.
La expresión tiene un sonido similar en varias lenguas -incluidas inglés, ruso, mandarín, holandés, islandés, italiano, laosiano, cha'palaa, siwu o murrinh-phata- y supone una herramienta crucial en la comunicación humana, según determinó ese trabajo.
Fuente: EFE
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