Nuevos fósiles excavados en Argentina podrían ser de un pariente cercano de los ancestros de un grupo de dinosaurios sin brazos, que vagaban por el hemisferio sur hace más de 70 millones de años.
Un cráneo parcialmente completo de la nueva especie, denominada Guemesia ochoai, proporciona nueva evidencia de un ecosistema único durante el Cretácico Superior.
Guemesia ochoai era una especie de abelisáurido, un clado de carnívoros que vagaban por lo que ahora es África, Sudamérica e India. Con una antigüedad de alrededor de 70 millones de años, el dinosaurio puede haber sido un pariente cercano de los ancestros de todo el grupo.
El descubrimiento del cráneo de Guemesia ochoai ofrece una valiosa visión de un área que tiene muy pocos fósiles de abelisáuridos, y puede explicar de alguna manera por qué el área dio lugar a animales tan inusuales.
La profesora Anjali Goswami, líder de investigación en el Natural History Museum y coautora, dice en un comunicado: “Este nuevo dinosaurio es bastante inusual para su tipo”. Tiene varias características clave que sugieren que es una especie nueva, que proporciona nueva información importante sobre un área del mundo de la que no sabemos mucho.
“Muestra que los dinosaurios que vivían en esta región eran bastante diferentes de los de otras partes de Argentina, lo que respalda la idea de provincias distintas en el Cretácico de América del Sur. También nos muestra que hay mucho más por descubrir en estas áreas que reciben menos atención que algunos de los yacimientos de fósiles más famosos”.
La descripción del dinosaurio, dirigida por investigadores argentinos, fue publicada en el Journal of Vertebrate Paleontology.
Argentina es bien conocida por los fósiles de abelisaurios, con 35 especies ya descritas del país. Pero casi todos estos son de la Patagonia, en el sur del país, y comparativamente pocos de los dinosaurios se han encontrado en el noroeste.
La descripción de esta nueva especie de parte de un cráneo proporciona nuevos conocimientos vitales para los científicos que investigan este período de la historia.
El cráneo, incluidas las partes superior y posterior del cráneo, se encontró en la Formación Los Blanquitos cerca de Amblayo, en el norte de Argentina, en rocas que datan de entre 75 y 65 millones de años. Esto significa que este animal vivió justo antes de la extinción masiva del final del Cretácico que vio la extinción de la mayoría de los dinosaurios.
Una característica única de este dinosaurio son las filas de pequeños agujeros en la parte frontal de su cráneo conocidos como forámenes. Los investigadores han sugerido que estos agujeros podrían haber permitido que el animal se enfriara, bombeando sangre en la piel delgada en la parte delantera de la cabeza para liberar calor.
Como muchos abelisáuridos, el cráneo tiene una caja craneal “notablemente pequeña”, pero incluso entonces, la nueva especie tiene un cráneo aproximadamente un 70% más pequeño que cualquiera de sus parientes. Este tamaño reducido puede indicar que es un juvenil, pero hay evidencia contradictoria al respecto.
Una falta de claridad similar se extiende a sus otras características, incluidas las partes delgadas del cráneo y, a diferencia de otros abelisáuridos, la falta de cuernos. Se ha sugerido que esto podría significar que la nueva especie está casi al final del árbol genealógico de los abelisaurios o estrechamente relacionada con los antepasados del resto del grupo.
Si bien algunos de los detalles aún pueden no estar claros, hay suficientes características únicas del dinosaurio para convencer a los investigadores de que es un nuevo género y especie, al que llamaron Guemesia ochoai. Lleva el nombre del General Martín Miguel de Güemes, héroe de la Guerra de la Independencia Argentina, y Javier Ochoa, técnico del museo que descubrió el espécimen.