Un equipo científico interdisciplinar coordinado por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) ha hallado una mandíbula y un húmero de un niño neandertal en la cueva del Gegant de Sitges (Barcelona, noreste de España), que tendrían una antigüedad de 55.000 años.
El análisis de los fósiles excavados, divulgado en un artículo publicado en la revista Journal of Human Evolution, confirma que son “los primeros restos de neandertal encontrados en Cataluña en una excavación actual”, explicó Montserrat Sanz, codirectora del proyecto que se desarrolla en esta región española.
Hasta ahora, todos los restos de neandertales hallados en el territorio catalán habían sido resultado de hallazgos casuales o de excavaciones antiguas.
“En este caso, se han encontrado los restos en un área de la cueva del Gegant bien datada porque se conocen los niveles, lo que permite enmarcar cronológicamente los restos”, precisó Sanz.
También se encontraron sedimentos que contenían utensilios de sílex de la misma época en que vivieron los neandertales y restos de fauna, información que ha completado la datación.
“Estos restos proporcionan una de las pocas asociaciones entre restos óseos, líticos y fauna del mismo período en esta zona de la península Ibérica”, explicó el otro director del proyecto, Joan Daura.
Sanz comentó que la tomografía computerizada hecha a la mandíbula les permitió “hacer una reconstrucción en 3D y descubrir que, además de los dos dientes visibles, hay otros tres en el interior de la mandíbula, uno de los cuales empujaría a un diente de leche para reemplazarlo, una circunstancia que nos permite determinar que el individuo tenía unos 5 años cuando murió”.
De la tomografía de los dos huesos se deduce que presentan “atributos específicos de la especie neandertal como por ejemplo la robustez del esqueleto, mayor en ellos que en los homo sapiens, el desarrollo dental más rápido o la localización del agujero mentoniano”.
El agujero mentoniano, señaló Sanz, es uno de los orificios situados en la superficie anterior de la mandíbula que permiten el paso de los nervios y de los vasos sanguíneos; y en los neandertales está situado en la parte posterior de la línea de los dientes.
Los investigadores no pudieron determinar si los restos humanos fueron llevados por los carnívoros -principalmente hienas-, aunque “no hay marcas claras de que fueran mordidos”, apunta Sanz; o bien “fueron depositados o enterrados intencionadamente y después los carnívoros removieron los restos”.
El húmero presenta una fractura en seco, es decir cuando el niño ya llevaba un tiempo muerto.
Sanz y Daura informaron de que “todavía quedan por excavar unos 6 metros cuadrados con un grosor de unos 75 centímetros en este nivel de la cueva, que es el más antiguo”.
Ocupada por animales carnívoros y neandertales, la cueva del Gegant está situada actualmente a nivel de línea de costa -el acceso obliga a los paleontólogos a dejarse caer con cuerdas por un acantilado y hacer de espeleólogos- y ya han encontrado cinco restos de esta especie, que corresponderían a cuatro individuos distintos: una mandíbula de un joven de 15 años, un diente de un niño de 8-10 años, un diente de un subadulto y el húmero y la mandíbula presentada hoy.
Según Sanz, el clima en el que vivieron estos neandertales era muy frío, pero el mar, que hoy se adentra parcialmente en la cueva, se encontraba a una distancia de unos 7 kilómetros de la entrada, y dejaba frente a la cueva un paisaje de estepa.
En el estudio también han participado João Zilhão, de la UB; Juan Luis Arsuaga, de la Complutense de Madrid, e investigadores de las universidades de Lisboa, Burgos, Binghamton (EEUU), Bristol (Reino Unido) y del Museo de Historia Natural de Nueva York.
Fuente: EFE