México, (EFE). Crear vida a partir de la muerte es el objetivo de una empresa en México que ofrece servicios fúnebres marinos. Para que las cenizas del fallecido descansen flotando en una urna biodegradable o reposen eternamente en un arrecife en el fondo del mar.
Los servicios que ofrece Inmemoriam son dos, el arrecife y la urna biodegradable. En el primero, se colocan las cenizas dentro de un objeto llamado perla, que es una esfera de concreto.
Luego, la familia se dirige en una embarcación hasta donde se encuentra el arrecife, dentro de la zona asignada a Inmemoriam en Ensenada Rodrigo, en el puerto de Acapulco. Allí es donde reposan en el fondo del mar estas pesadas estructuras, que son una especie de iglúes que miden un metro de alto y 80 centímetros de diámetro con agujeros. Luego de dejarlas, se toma la geolocalización, que se les proporciona a los seres queridos para que vayan a visitarlos cuando quieran.
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La otra opción es la urna biodegradable, a la que los dueños de la empresa llaman “servicio dispersión de vida”. Estas urnas están hechas de materiales como sal, arena y papel reciclable, para que no afecten el medio ambiente y puedan degradarse en el mar en un par de días.
Para formar la empresa se realizó varios estudios ambientales para confirmar que no afectaría al ecosistema marino. “Todos concluyeron en que no había impacto negativo”, dijo Francisco Bornacini, uno de los fundadores. Ya que las urnas al ser biodegradables “no contaminan”, y de las cenizas “lo que quedan son restos de calcio y carbono, y en el fondo lo que hacen es enriquecer la tierra”.