La retina puede funcionar como una suerte de espejo del cerebro y convertirse en un elemento clave en el diagnóstico precoz de Alzheimer y otras enfermedades relacionadas con la demencia y el sistema nervioso, según las conclusiones de un grupo de investigadores portugueses.
El estudio ha sido realizado por un equipo multidisciplinar de la facultad de Medicina de la Universidad de Coimbra -decana en Portugal- que partió de la hipótesis de que la retina, considerada como una extensión del cerebro, puede mostrar su evolución en el caso de pacientes con alzheimer.
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La investigación, explica la Universidad de Coimbra, fue desarrollada en un grupo de ratones con tres genes humanos con mutaciones asociadas a esta enfermedad neurodegenerativa.
El objetivo final ha sido aportar una nueva técnica que facilite el diagnóstico precoz del alzheimer, una dolencia que, hasta la fecha, no tiene cura y cuyo avance solo se puede frenar con fármacos y técnicas terapéuticas.
Entre los cuatro y los dieciséis meses de edad del ratón, los científicos de Portugal hicieron una serie de comparativas entre la evolución del cerebro y de la retina.
Los resultados finales evidencian que en estos ratones transgénicos existen alteraciones estructurales y funcionales en la retina y en la corteza visual.
"Estas alteraciones neuronales se podrán usar como biomarcadores adicionales en el diagnóstico precoz de la enfermedad de alzheimer", según el coordinador del estudio científico, Francisco Ambrósio.
Además, el trabajo, publicado en la revista de neurociencias “Alzheimer’s Research and Therapy”, confirma “la posibilidad de usar el ojo como herramienta adicional para el diagnóstico y monitorización terapéutica del alzheimer”, apunta Ambrósio en el comunicado de la universidad.
De forma general, los investigadores, a través del ensayo en ratones, comprobaron que la retina “mimetiza” lo que sucede en el cerebro de un enfermo de alzheimer.
"Si en el cerebro hay una reducción del volumen de la estructura del hipocampo (región cerebral asociada a la memoria) y de la corteza visual, en la retina también hay una reducción de su espesor", sostienen.
En todas las fases analizadas (4, 8, 12 y 16 meses de edad del ratón) se confirmó una reducción del grosor de las zonas internas de la retina aparejada a la rebaja del volumen del hipocampo y de la corteza visual.
Los científicos portugueses también trabajaron con enfermos de Alzheimer y confirmaron la asociación entre las alteraciones del cerebro y de la retina.
Aún así, entienden que para obtener una mayor evidencia científica sería necesario aplicar los test a un mayor número de pacientes.
El coordinador del estudio considera que, a raíz de este trabajo, “los neurólogos deben ponderar la prescripción de los test de retina para evaluar las capas de grosor de la retina” durante las pruebas de diagnóstico precoz de alzheimer.
Además, este método también se podría aplicar en el diagnóstico de otras enfermedades que atacan el sistema nervioso, como parkinson, esclerosis múltiple o esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
EFE
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