En enero del 2015 escribimos una columna titulada “No, el cáncer no ocurre por mala suerte”. En ella reportábamos el rechazo de la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC) a un estudio publicado ese mes en la revista “Science” que afirmaba que dos de cada tres casos de cáncer ocurrían por las mutaciones genéticas al azar que ocurrían en las células madre.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El afirmar que esa mala suerte era tan poderosa que no había nada que la persona pueda hacer para evitar la enfermedad fue rechazado por organizaciones de lucha contra el cáncer porque negaba el trabajo de educación pública y prevención hecho durante muchas décadas.
Ante tan enorme rechazo, los mismos científicos de Johns Hopkins acaban de publicar la segunda parte de su estudio, en el que muy inteligentemente integran las mutaciones al azar de las células madre (la mala suerte), con la fuerza de la herencia y la influencia del medio ambiente.
Un concepto científicamente indiscutible es que el cáncer es consecuencia de la gradual acumulación de mutaciones genéticas, mutaciones que hacen que las células empiecen a dividirse sin control. Sabiendo que se necesitan tres mutaciones genéticas para que se produzca el cáncer, la gran pregunta es ¿cuáles son las causas de esas mutaciones?, ¿cuál es su origen? ¿de dónde provienen? Hasta ahora, la ciencia acepta que esas mutaciones genéticas provienen de dos fuentes: el medio ambiente (el cigarrillo o la luz ultravioleta por ejemplo) y la herencia (estudios en gemelos y familias con cáncer).
El problema es que es muy común que los oncólogos recibamos pacientes con cáncer que hacen todo lo correcto en términos de estilo de vida y control del medio ambiente (comen y duermen saludablemente, hacen ejercicios diarios, se cuidan del sol, no fuman cigarrillos, etc.) y además, no tienen historia familiar de la enfermedad. La pregunta que esos paciente nos hacen una y otra vez es ¿por qué a mi doctor?, ¿por qué me ha dado cáncer si yo hago todo lo que ustedes recomiendan?
Si quieres saber más sobre este tema, lee el más reciente post del blog Cuida tu salud del doctor Elmer Huerta.