La semana pasada, el Ministerio de Salud (Minsa) anunció que un menor de 1 año y 3 meses, residente en una comunidad nativa awajún del distrito de Manseriche, provincia Datem del Marañón, región Loreto, fue diagnosticado con poliomielitis derivada de la vacuna oral (VDPV).
Esta muy mala noticia para la salud pública del país ha causado confusión en algunas personas que creen que se trata del retorno de la polio salvaje al Perú, cuyo último caso fue diagnosticado en agosto de 1991. Ese fue también el último caso de poliomielitis causada por el virus salvaje en las Américas. Hoy explicaremos la diferencia entre los dos tipos de polio, la derivada de la vacuna oral (VDPV) y la causada por el virus salvaje.
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Polio VDPV
En el libro “Jonas Salk, a Life”, su autora describe el pánico que experimentaba cada verano la sociedad estadounidense, pues centenares de niños desarrollaban una enfermedad en la que uno de cada 200 presentaba la parálisis de alguna extremidad o moría por asfixia si el caso afectaba el centro de la respiración del tronco cerebral. Ese terror de los veranos ocurría también en otros países, incluido el Perú.
Esa era la polio causada por el virus salvaje, enfermedad conocida desde la antigüedad y causada por el poliovirus, que se transmite por vía oral al consumir alimentos o bebidas contaminadas (igual que el virus de la hepatitis A, norovirus o rotavirus). Todo cambió a mediados de los años 50, cuando el doctor Jonas Salk desarrolló la primera vacuna contra esa enfermedad, la cual se usó por primera vez en el Perú el 3 de mayo de 1955.
Vacuna inyectable o IPV
Desarrollada desde fines de 1952 por el doctor Salk, la vacuna inyectable contra la polio o IPV usa el virus “muerto” o inactivo de la polio y fue aprobada en abril de 1955, después de que concluyera el estudio clínico más grande de la historia de la medicina, que incluyó a millones de niños en Estados Unidos.
La vacuna inyectable fue aprobada el mismo día en que se anunció el resultado positivo del estudio clínico y millones de personas, que esperaban la noticia en sus radios, salieron a las calles a celebrar. Para 1957, los casos anuales se redujeron de 58.000 a 5.600 y, en 1961, solo se diagnosticaron 161 casos.
Salk nunca patentó la vacuna y, en una entrevista de 1955, al preguntársele quién era el propietario de la patente de la vacuna IPV, respondió: “Bueno, la gente, diría yo. ¿Quién podría patentar el Sol?”.
Vacuna oral u OPV
Durante la misma época, el doctor Albert Sabin, que tenía una enorme animadversión a Salk, desarrolló su vacuna, que a diferencia de la de Salk, usaba virus “vivos” pero atenuados y se daba por vía oral. Su seguridad y efectividad fue demostrada en estudios hechos en 10 millones de niños en 1959 en la Unión Soviética.
La vacuna oral empezó a usarse en Hungría en diciembre de 1959 y en la antigua Checoslovaquia a comienzos de 1960, país que se convirtió en el primero en erradicar la polio en el mundo. Cuba la empezó a usar en 1962 y, de allí para adelante, por su facilidad de administración, la OPV fue la vacuna preferida, especialmente en países pobres.
Las vacunas son muy diferentes
El virus “vivo” atenuado de la vacuna oral se replica en el intestino y estimula una fuerte respuesta inmunitaria intestinal, lo cual protege al niño vacunado. Pero la vacuna oral estimula también la producción de anticuerpos, lo que brinda una protección adicional contra la infección en el niño.
Por su lado, la vacuna inyectable IPV solo proporciona inmunidad humoral, lo cual brinda una excelente protección individual al niño vacunado. Esa diferencia de acción de las vacunas es muy importante para entender la polio derivada de la vacuna.
“Al no estar vacunado, el niño indígena se infectó con un virus mutado que con certeza circula en su comunidad y desarrolló la parálisis infantil o polio derivada de la vacuna (VDPV)”.
El virus vivo de la vacuna oral puede replicarse en el intestino y puede eliminarse por las heces, y –como hemos aprendido durante la pandemia de COVID-19– la replicación viral puede favorecer el desarrollo de mutaciones, en el transcurso de las cuales el virus puede recuperar su capacidad de causar enfermedad.
Y si ese virus mutado, capaz de causar enfermedad, circula en una comunidad en la que los niños no están vacunados es fácil darse cuenta de que todos ellos serán susceptibles a infectarse y enfermar.
Eso es lo que acaba de suceder en el Perú. Al no estar vacunado, el niño indígena se infectó con un virus mutado que con certeza circula en su comunidad y desarrolló la parálisis infantil o polio derivada de la vacuna (VDPV), que, por lo explicado, es diferente de la polio causada por el virus salvaje.
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En la actualidad, el virus original o salvaje –aquel que causa la enfermedad que aterrorizaba a la sociedad antes de las vacunas– solo circula en Pakistán y Afganistán, mientras que los casos de VDPV en el mundo se triplicaron entre el 2018 y el 2019. En el Perú, el primer caso de polio VDPV fue diagnosticado en el 2003 en Moquegua, y luego se presentaron casos en el 2010 y el 2011.
Corolario
El caso reportado la semana pasada en el niño awajún no es entonces un caso de polio salvaje sino un caso derivado de la vacuna, y su ocurrencia refleja el pésimo estado de la vacunación en el Perú. La cobertura de vacunación contra polio en el distrito de Manseriche, fue de solo 33.8 % en 2021 y 43.6 % en 2022. Con este caso, Perú se une a Benín, Burundi, Chad, República Democrática del Congo y Níger, que reportaron lo mismo la semana pasada.
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