BUENOS AIRES. La noche del jueves una misteriosa luz verde se pudo ver en el cielo de varias provincias argentinas. Este extraño fenómeno alborotó las redes sociales y mantiene hasta ahora ocupado a varios expertos que buscan encontrarle una explicación.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El punto de luz verdosa surcó fugazmente la noche y sorprendió a los argentinos alrededor de las 21.00 hora local del jueves (19:00, hora peruana), en lugares como la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos.
Las redes sociales no tardaron en llenarse de fotos y bromas, que hoy continúan siendo protagonistas. Por otro lado, los expertos tratan de determinar cuál es la explicación más plausible al fenómeno.
Según el astrónomo Diego Bagú, director del Planetario de la ciudad bonaerense de La Plata, lo más probable es que se tratara de un meteoro.
“La incandescencia que se vio es la estela que coincide con el ingreso de un meteoro, de una roca, que al ingresar a esa velocidad en la atmósfera produce una fricción que provoca que se incinere”, detalló Bagú en diálogo con radio La Red.
“Si no encontramos rastros, está abierta la posibilidad también de que fuera lo que llamamos chatarra espacial, fragmentos de satélites que andan en órbita y en algún momento tocan las capas superiores de la atmósfera”, continuó.
Consultado sobre si pudo ser un fenómeno extraterrestre, el director contestó: “solo en nuestra galaxia hay más de cien mil millones de estrellas. Hay planetas donde están los componentes químicos que posibilitaron vida en la Tierra. La matemática indica que debe haber vida, lo que pasa es que nunca la hemos ubicado”.
Por su parte, Jorge Coghlan, del Observatorio Astronómico de Santa Fe, afirmó a radio La Red que se trató de “materia interplanetaria”, como chatarra espacial, que ingresó “de este a oeste”.
“A veces, algunos componentes logran soportar la temperatura de 2.000 a 2.500 grados y algún fragmento puede llegar a caer a la Tierra, pero es muy difícil hallarlo, salvo que caiga sobre algún techo y se escuche el ruido. En general se convierte en polvo, como si fuera ceniza de cigarrillos, y es arrastrado por el viento”, puntualizó Coghlan.
“Fue bastante lenta la desintegración, por eso muchas personas pudieron verla en varias provincias y en Uruguay”, concluyó.
Fuente: EFE