Antes de la pandemia, solo en Lima, más de 120 mil niños menores de cinco años tenía sobrepeso u obesidad, según el Observatorio de Nutrición y el Estudio de Sobrepeso y Obesidad. Ahora, los expertos consideran que esta situación puede haber empeorado.
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En el país existe una ley de alimentación saludable que busca tener un impacto positivo en la salud de los peruanos, principalmente en la de los niños, adolescentes y jóvenes. La norma obliga a que todos los alimentos procesados que se vendan en el Perú lleven etiquetas octogonales que indiquen si tienen un exceso de azúcares, sodio o grasas trans.
El debate sobre el etiquetado de los productos ha vuelto a abrirse luego de que el Ejecutivo decidiera prorrogar por tercera ocasión el permiso excepcional para que los fabricantes coloquen adhesivos en lugar de imprimir los octógonos en los empaques.
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Como se conoce, los octógonos de advertencia se implementaron en el marco de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes, que fue aprobada en 2013, pero implementada recién en 2017 con la aprobación del reglamento y del manual de advertencias publicitarias.
A casi cuatro años de su implementación, ¿qué se sabe sobre la aplicación de la ley y su posible impacto?
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Ya se está investigando
Normas similares ya tienen impactos positivos en países de Sudamérica como Chile, que fue uno de los pioneros de la región, junto al Perú, en la promulgación de una norma de este tipo. Estudios científicos han mostrado cómo los octógonos lograron que los fabricantes reformulen sus ingredientes y que las personas tomen decisiones más informadas al momento de la compra de alimentos con exceso de sodio, azúcar o grasas trans. Uno de los estudios de referencia al respecto fue realizado por un grupo de universidades chilenas en colaboración con la Universidad de Carolina del Norte.
Ahora, un equipo de investigadores peruanos del Centro de Excelencia en Enfermedades Crónicas de la Universidad Cayetano Heredia (CRONICAS UPCH) está analizando los alcances de esta norma desde que comenzó su implementación y ya tienen hallazgos iniciales al respecto. Ellos también realizan sus labores con el apoyo de la mencionada universidad estadounidense.
El equipo de CRONICAS realizó una investigación en 15 colegios de Lima en diciembre de 2019, cuando la ley ya estaba en vigor. El objetivo del estudio fue describir la oferta de alimentos y publicidad dentro y fuera de los colegios. En junio de ese año, además, se promulgaron los lineamientos del Ministerio de Salud (Minsa) que prohibían que dentro de los centros educativos del país se vendan y se publiciten productos con octógonos.
Los investigadores, que publicaron sus resultados en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, hallaron que pese a que la ley ya se encontraba implementada, la venta y publicidad de productos con octógonos se mantenía.
“Encontramos que la mayoría de los colegios, un 70%, seguían vendiendo alimentos con octógonos en los quioscos y cafeterías. Además, la mayor parte, un 60%, tenía publicidad de alimentos procesados y ultraprocesados. No se estaba cumpliendo lo que la norma indicaba, porque se estaban vendiendo productos con octógonos y había publicidad”, dice a El Comercio Lorena Saavedra, coordinadora del equipo que investiga el impacto de la ley de alimentación saludable en el país.
El estudio exploratorio, que ya ha sido puesto en conocimiento del Minsa y el Ministerio de Educación, también da cuenta de la situación en el entorno de las escuelas, donde se concentra la venta ambulatoria de alimentos.
“Encontramos que la mayoría de los productos [que se vendían a las afueras de los colegios] eran ultraprocesados, en el 86% de los casos; pero también había productos preparados por ellos mismo. Es interesante evaluar eso porque, a través de estos alimentos, también se le está dando un aporte alto de azúcares, sodio y grasas saturadas a los niños”, advierte la investigadora.
El equipo considera que es importante también poner el foco en el entorno de las escuelas, ya que “usualmente los estudios apuntan a evaluar la higiene en la venta ambulatoria, pero no se evalúa qué tipo de producto se está vendiendo”.
Este y otros estudios que realizan actualmente les permitirán a los investigadores peruanos tener una idea de la situación de la venta de alimentos procesados tras la entrada en vigencia de la ley de alimentación saludable.
¿Qué sucedió luego de la implementación de la ley?
Este equipo de investigadores, conformado por nutricionistas, médicos, biólogos y psicólogos, también ha evaluado cómo los fabricantes han modificado los ingredientes y contenido nutricional de sus productos para adecuarse a la ley y así evitar que lleven octógonos.
“Vimos que hay una gran cantidad de productos que están disminuyendo la cantidad de azúcar y reemplazándola por edulcorantes no calóricos, como la stevia o sucralosa, y con ello evitan los octógonos. En 2019 ya había productos que estaban modificando sus ingredientes”, explica Saavedra.
Pero su trabajo de campo en este aspecto, realizado principalmente en supermercados, se vio interferido por las restricciones del confinamiento por la pandemia de COVID-19. Ahora están retomando su trabajo in situ. Los investigadores esperan tener el análisis final de la reformulación de ingredientes listo en los próximos meses.
¿Cómo medirán el impacto de la ley?
Además de analizar cómo los fabricantes se adaptan a las exigencias de la norma, los investigadores también están estudiando cómo cambia el comportamiento de las mamás de niños menores de 5 años respecto a la ley de alimentación saludable. Ya hicieron encuestas a cerca de 1.000 madres y el trabajo continúa.
Según la investigadora, luego de la implementación de la ley observaron que “la alimentación estaba mejorando [en el hogar], el consumo de frutas y verduras mejoraba en casa y disminuía consumo de bebidas azucaradas. […] No sabemos si se mantuvo luego [durante la pandemia]”, detalla Saavedra.
En cuanto al impacto de la ley, la nutricionista señala que “a corto plazo, lo que esperaríamos que cambie es la formulación de los alimentos y las prácticas alimentarias dentro del hogar, pero también puede haber otro tipo de impacto. Lo que se evaluó en Chile también fueron las ventas y el índice de masa corporal IMC [que relaciona el peso y la talla de un individuo]. No hemos considerado hacer una evaluación de cómo se ha modificado el IMC porque ese es un indicador que no se puede medir a corto plazo y todavía la ley no tiene mucho tiempo”.
Los expertos de CRONICAS esperan tener resultados sobre el impacto de la ley en el país “para el siguiente año”.
Por otro lado, Saavedra considera que la ley es un “importante paso” hacia la alimentación saludable en niños y adolescentes, pero debe ir acompañada por una serie de medidas adicionales, como la promoción de la actividad física y una fuerte campaña de comunicación respecto de sus beneficios.
“No esperemos que los octógonos solucionen los problemas de sobrepeso y obesidad por sí solos”, sentencia.
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