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Las emisiones de dióxido de carbono de la agricultura, que no han dejado de crecer en los últimos años, podrían reducirse con unos sistemas productivos más eficientes, aseguró la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El especialista en recursos naturales de la FAO Francesco Tubiello afirmó que el aumento de las emisiones en el sector primario ha estado principalmente ligado a la mayor producción de alimentos, debido a su vez a la demanda de una población mundial en crecimiento.
La agricultura es la causante de aproximadamente cinco gigatoneladas de dióxido de carbono anuales, un 10% del total de emisiones a la atmósfera.
Los países en desarrollo son los más contaminantes en ese terreno, entre los que destacan China, India y Brasil, donde la agricultura tiene un peso importante en sus economías, según datos de la agencia de Naciones Unidas.
Tubiello explica que esos países necesitan más insumos para la producción de alimentos y a su vez acogen a un mayor número de habitantes, por lo que su demanda es mayor.
En los últimos quince años las emisiones a nivel global se han duplicado, pero se espera que en los próximos 30 años no aumenten más que un 20 o un 30%, según el especialista, que considera que “con más eficiencia se irán progresivamente reduciendo”.
Por actividades, el metano y otros gases producidos en los sistemas digestivos de animales de ganado son responsables del 40% de la emisiones agrícolas; el manejo de suelos para el pastoreo, del 15%; el uso de fertilizantes sintéticos, del 12%, y el cultivo de arroz, del 10%, entre otras.
Para aumentar la producción se ha recurrido muchas veces a una mayor cantidad de ganado y fertilizantes, según Tubiello, quien aseguró que las emisiones de otros sectores como los combustibles fósiles o la energía están creciendo mucho más rápido que las vinculadas a la agricultura.
“Algunas de estas emisiones son inevitables porque la gente necesita comer y desarrollarse”, argumentó el experto.
No obstante, recalcó que se han mejorado mucho las prácticas que permiten producir alimentos sin emitir tantos gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global, como -por ejemplo- cambiando las dietas de los animales para reducir el metano o convirtiendo ese gas en biocombustible.
“Cuanto más eficiente es la gestión de los recursos naturales, mayor es la producción y menor la contaminación”, agregó.
Para lograrlo, las naciones en desarrollo están reclamando en la actual cumbre del clima de París COP 21 un mayor acceso a la financiación y la transferencia de tecnología de los países ricos para adaptar sus sistemas de producción, puntos que están generando fricciones en la recta final de las negociaciones.
Fuente: EFE