El hallazgo de un cachorro congelado en Siberia ha desconcertado a los científicos debido a que no pueden determinar si se trata de un perro o un lobo, informó el Centro de Paleogenética de Suecia.
La nariz, el pelaje y los dientes del ejemplar de hace 18.000 años se encuentran en un excepcional estado de conservación, por lo cual los investigadores pudieron realizar pruebas de ADN, pero los resultados no fueron concluyentes para determinar su especie.
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“Normalmente es relativamente fácil notar la diferencia entre los dos”, le dijo a CNN David Stanton, responsable de la investigación.
Para conocer su antigüedad, los científicos utilizaron la datación por carbono en el hueso de la costilla de la criatura y lograron determinar que se trataba de un ejemplar de 18.000 años.
Stanton afirma que cuentan con “muchos datos” como para determinar “si fue uno u otro”, pero no les ha sido posible; por ello ahora se encuentran estudiando la posibilidad de que se trate de una “población que era ancestral ambos, a perros y lobos”.
El experto resalta que el período en que vivió este animal es especial en la evolución de lobos a perros, pues se cree que esa es la etapa de domesticación de los canes. “Estamos interesados en saber si se trata de un perro o un lobo, o tal vez sea algo a medio camino entre los dos”.
El análisis del genoma del cachorro reveló que era macho. Los investigadores del Centro de Paleogenética decidieron llamarlo Dogor, que significa “amigo” en lengua yakutia.
Ahora realizarán exámenes adicionales con mayor profundidad para poder determinar sus orígenes, dijeron los investigadores en la red social Twitter.
Recientes investigaciones aseguran que los perros fueron domesticados hace 20.000 y 40.000 años, de una o dos poblaciones en Asia y Europa.
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