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Quién diría que el descubrimiento del mecanismo de defensa de las bacterias frente a los virus, hace menos de una década, hoy nos permita tener una herramienta simple, económica y extraordinariamente efectiva para modificar el ADN de un organismo, incluso, del ser humano.
Quiero recalcar que este es un claro ejemplo de por qué se debe invertir en ciencia básica. No solo permite “saciar la curiosidad” que tienen los científicos, sino que de ella se desprenden las aplicaciones menos sospechadas.
Esta herramienta conocida como CRIPSR-Cas9 permite insertar genes en lugares específicos del genoma de un organismo, editar y corregir genes defectuosos o eliminar genes indeseados, con una precisión nunca antes lograda.
Si quieres conocer más sobre este tema, sigue leyendo el más reciente post del blog Expresión genética del biólogo David Castro.