La mayoría de nosotros hemos escuchado la historia de la de Noé, esa mágica procesión de animales hacia una enorme embarcación que los salvó de una catastrófica inundación, causada por lluvias que duraron 40 días y 40 noches.
“De dos en dos entraron a Noé en el arca: macho y hembra, como mandó Dios á Noé (…) Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio fueron sobre la tierra”.
Pero no es más que una historia; las arcas no existen en realidad... ¿o sí?
SOBREVIVIR ANTE TODO PRONÓSTICO
La noción romántica de un grupo de animales que se salva en un bote se mantuvo, y en marzo de 2013 se convirtió en realidad.
En 2011, un catastrófico tsunami azotó a Japón. La devastación hizo que cinco millones de toneladas de despojos fueran arrastrados al Océano Pacífico. La mayoría se hundió sin dejar rastro, pero algunos fueron llevados por las corrientes.
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Japón fue afectado por un tsunami en el 2011.( Foto: Reuters)
En marzo de 2013, un misterioso bote pesquero con palabras en japonés escritas en su casco apareció en la costa del estado de Washington en Estados Unidos. Traía consigo 30 especies de animales que sólo se encuentran en Japón, como almejas, cangrejos y pepinos de mar, que habían viajado en su interior.
Lo asombroso para los científicos es que generalmente se asumía que ninguna especie habría podido sobrevivir viajes de miles de kilómetros antes de que hubiera embarcaciones que pudieran cruzar océanos o al menos un objeto grande para sostener la vida.
No obstante, nadando dentro de esa pequeña embarcación, a 8 mil kilómetros de su hogar, había cinco especies de peces, entre ellos unoplegnathus fasciatus o pez perca loro japonés rayado, endémico de los arrecifes de corales de Japón, China y Corea.
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El pez durante su extraña travesía. (Foto: Washington Department of Fish and Wildlife)
Lo curioso es que esa perca loro, hallada dos años después del tsunami, sólo tenía un año de edad.
Como señalaron los científicos, eso significaba que o era hijo de padres que abordaron el buque en Japón y nació durante el viaje, o que el buque pasó por Hawai, donde se subió.
Y para los expertos, la primera posibilidad es más interesante pues significaría que esa reducida masa de agua que llevaba el bote se convirtió en un ecosistema funcional; una cápsula en la que era posible nacer, crecer, reproducirse y morir, que atravesó el océano.
La barquita permite vislumbrar cómo probablemente viajaron diferentes especies por todo el mundo para colonizar nuevas islas y continentes.
Eran turistas accidentales globales con un potencial enorme para sobrevivir contra todo pronóstico.
¿HAY ARCAS MODERNAS?
Las arcas no tienen que ser barcos: hay distintas variaciones sobre el tema. He aquí tres ejemplos:
El banco de semillas de Kew
El Banco de Semillas del Milenio, situado en el Jardín Botánico de Londres, protege en la actualidad al 13% de las especies de plantas silvestres del mundo para salvaguardarlas de la extinción.
Genebank
Los bancos de datos de ADN no son arcas tradicionales pero guardan millones de secuencias genéticas para el futuro.
Zoológicos
Aunque los zoológicos mantienen a los animales encerrados para mostrárselos al público, muchos llevan a cabo una labor importante de conservación con especies en peligro crítico de extinción.