Un británico cuyo rostro quedó gravemente dañado en un accidente de moto fue sometido a una operación de reconstrucción facial usando partes hechas con una impresora en tres dimensiones. Stephen Power, de 29 años, se ha convertido en la primera persona en ser operada con este tipo de tecnología.
Hace dos años Power sufrió un accidente con su motocicleta y aunque llevaba casco, se rompió la mandíbula superior, la nariz, los pómulos y sufrió una fractura de cráneo. Tras pasar cuatros meses en el hospital, salió con el rostro parcialmente desfigurado que ocultaba con sombreros y gafas de sol.
CAMBIO DE VIDA
Para devolverle a su aspecto de siempre, primero se creó un modelo de tres dimensiones del cráneo de Power, tal como era antes del accidente. Se seleccionaron las partes a sustituir y se pasó a imprimirlas en 3D. En una operación que duró más de ocho horas en el hospital Morriston de Swansea, se implantó las piezas impresas y para sostener los huesos fue necesario un implante de titanio, impreso en Bélgica.
Power dijo a la BBC que los resultados le han cambiado totalmente la vida. “Pude ver la diferencia en el momento en que me desperté”, recordó. “No tendré que disfrazarme, no tendré que esconderme, podré hacer cosas cotidianas como ir a ver a gente, caminar por la calle”, añadió.
El cirujano maxilofacial que operó a Power, Adrian Sugar, dijo que los resultados no eran comparables de ninguna manera al primer trabajo de reconstrucción que se había trabajado. “Sin esta tecnología avanzada, es todo a mano. Tienes que adivinar dónde va todo”. Según el especialista, esta tecnología brinda mayor precisión y mejores resultados.
La explicación de la operación forma parte de una exposición de impresión en tres dimensiones en el Museo de la Ciencia de Londres. El proyecto es el resultado de la colaboración entre el hospital de Swansea y científicos de la Universidad metropolitana de Cardiff en el seno del Centro de tecnologías reconstructivas en cirugía (Cartis).