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La agencia espacial rusa Roscosmos ha aplazado dos meses el despegue de la próxima nave tripulada Soyuz, que volará rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) a finales de julio, anunció hoy Vladímir Soloviov, alto cargo del sector aeroespacial ruso.
La decisión se ha tomado tras el despegue fallido del carguero Progress M-27M, que se desvió de su órbita tras ser lanzado el pasado 28 de abril con destino a la EEI.
Mientras, la tripulación de la Soyuz TMA-15M, integrada por el ruso Antón Shkaplerov, la italiana Samantha Cristoforetti y el estadounidense Terry Virts, permanecerá aproximadamente un mes más de lo previsto en la plataforma orbital y volverá a la Tierra a principios de junio próximo, agregó Soloviov.
Por otro lado, confirmó que el próximo carguero espacial Progress será lanzado a comienzos de julio desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) en lugar del 6 de agosto, como estaba previsto inicialmente.
“Ya tenemos todos los componentes para este carguero, incluido el cohete portador. Será un cohete distinto” del que falló el 28 de abril, añadió.
Soloviov explicó que fueron precisamente dos fallos consecutivos en la tercera fase del cohete portador los que provocaron que la Progress se situara en una órbita errónea.
El Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia perdió el control de la nave después de que quedara situada en una órbita errónea y dejara de enviar datos a la Tierra.
Todos los intentos por retomar el control del carguero que debía llevar a la EEI cerca de 2,5 toneladas de suministros -combustible, oxígeno, alimentos o equipos científicos- fueron infructuosos.
Los Progress, que se emplean desde hace 35 años, son uno de los orgullos de la industria aeroespacial rusa, con un historial prácticamente inmaculado: hasta ahora sólo habían sufrido un accidente, en agosto de 2011, provocado por un fallo del cohete portador.
Fuente: EFE