Las visitas frecuentes al sauna pueden contribuir a reducir la posibilidad de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) en los adultos mayores. En un artículo publicado en la revista Neurology, se pudo conocer que el riesgo de padecer un infarto se redujo en un 61% en los participantes del experimento que se dieron un baño de vapor entre cuatro y siete veces por semana.
Este estudio se hizo en base a más de 1.600 personas durante 15 años. Del mismo modo, la investigación muestra que una visita regular al sauna puede reducir la presión arterial e incluso disminuir el riesgo de Alzheimer y demencia en los ancianos.
Los participantes del estudio fueron hombres y mujeres con edades entre los 53 y 74 años de edad, residentes en Finlandia, en donde es habitual visitar saunas. Ellos se dividieron en tres grupos según la frecuencia con que realizaban esta actividad: uno, dos, tres y cuatro o siete veces por semana.
El riesgo de sufrir ACV se redujo un 14% entre las personas que acudían dos o tres veces por semana al sauna. Mientras quienes lo visitaron de cuatro a siete veces, disminuía en un 61%.
Los científicos señalan que la correlación entre visitar el sauna y reducir el riesgo de accidente cerebrovascular no se vio afectada por el sexo y la edad de los participantes en el estudio. Por lo tanto, realizar esta actividad puede ser útil para todas las personas de mediana y avanzada edad.
Fuente: N+1
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